La inquina que los pueblos almacenan

Madrid

Tendríamos que poner el oído sobre la historia para advertir temblores que ya se escucharon en otro tiempo y prevenir las consecuencias de los disparates que fueron consecuencia de la inquina que los pueblos almacenan para, como en el cuadro de Goya, destrozarse a palos. No va a pasar, nos gusta decir, pero también en otro tiempo se tendía a decir que eso no iba a pasar. Si leyéramos más, si buscáramos en la historia, quizá seríamos más precavidos. Lean al respecto, Demasiados retrocesos, el libro de Santos Juliá que analiza los tropezones del pasado.