Marta Tafalla: "Pensamos tanto en nosotros mismos que nos hemos vuelto ciegos"

La conciencia animalista de Marta Tafalla (Barcelona, 1972) despertó de manera progresiva, pero la semilla se encuentra en su infancia, como le asegura a Macarena Berlín. Doctora en Filosofía y profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona, está especializada en analizar la relación humana con la naturaleza y los otros animales. Todo ello desde una perspectiva estética y ética que plasma con rigor en sus publicaciones. Su último trabajo, Ecoanimal. Una estética plurisensorial ecologista y animalista, es un ensayo centrado en la necesidad del ser humano de tener experiencias sensoriales, para reconciliarnos con la Tierra. Theodor W. Adorno: una filosofía de la memoria, la antología de textos Los derechos de los animales o la novela Nunca sabrás a qué huele Bagdad también llevan la firma de Tafalla. Recibió el premio Aposta 2011 por su estudio Olfato y anosmia en la apreciación estética. Precisamente, de la mencionada anosmia parte Ecoanimal, de la propia experiencia de Tafalla como anósmica congénita, es decir, de la incapacidad para percibir olores. «Hay ausencias que son regalos», afirma la escritora. «El libro parte de ahí y planteo una serie de preguntas sobre cómo es nuestra relación sensorial con el mundo natural». La filósofa hace hincapié en la tradición visual que nos acompaña como habitantes de este planeta y que tiende a percibirse como el sentido válido para apreciar la naturaleza. «Creo que hemos perdido mucho la relación con la naturaleza a través del resto de sentidos», y comenta la necesidad de experimentar con lo que nos rodea de una manera más corporal y plurisensorial. Sin embargo, y paradójicamente al estimado sentido de la vista, somos ciegos a la realidad: «Pensamos tanto en nosotros mismos que nos hemos vuelto ciegos a lo que hay fuera de nosotros». La estética de la naturaleza es una rama de la filosofía que se encarga de estudiar cómo los humanos aprecian la belleza natural y de los animales. Un campo en el que se ha tendido a poner el acento en los paisajes y entornos, dejando de lado el papel de los animales, como comenta la filósofa. Se trata de una cuestión muy importante porque «estamos en medio de un proceso en el que hemos iniciado un exterminio masivo de especies», sentencia. Así, el primera capítulo de Ecoanimal es una introducción a la apreciación estética, a esa actividad mental y corporal de contemplar el mundo que nos rodea y a nosotros mismos en él. De manera casi contradictoria, la necesidad que sentimos de buscar la belleza en la naturaleza nos empuja al mismo tiempo a destruirla. En Ecoanimal se pone de manifiesto el hecho de que el placer de la apreciación estética es lo que nos lleva a explorar el mundo que habitamos. Un estímulo que nos conduce a una estética superficial de la que participamos de manera activa e irrespetuosa. «Como tenemos la noción de que los seres humanos somos el ser más importante del planeta y tenemos esa sensación de que la naturaleza nos la han puesto para nosotros y los animales están para servirnos, nos cuesta mucho conectar realmente con el mundo natural y entenderlo». Desde 1970, hemos exterminado el 60% de las poblaciones de animales salvajes vertebrados. De todos los mamíferos, solo el 4% son salvajes. Son datos del Informe Planeta Vivo y del estudio La distribución de la biomasa en la Tierra. «Las cifras son abrumadoras», y prosigue la escritora comentando que lo realmente impresionante de este hecho es «que estemos destruyendo ecosistemas y exterminando especies a la velocidad a la que lo hacemos y seamos tan poco conscientes de ello». Nuestra civilización ha sido educada en una estética superficial en la que naturaleza parece un decorado que acompaña el teatro que es la vida. Algo a lo que Tafalla responde como una cuestión de educación y cultura en la que «tenemos una necesidad de naturaleza pero la vehiculamos de una manera que es dañina». En nuestras manos se encuentra el cambio.