Las luchas pendientes de una generación que aprendió a fallar
Jaime Lorene, Andrea Ros, Pol Monen y María Pedraza protagonizan '¿A quién te llevarías una isla desierta?', la película generacional de Jota Linares para Netflix
Madrid
Hace más de 12 años Jota Linares y su amigo Paco Anaya escribieron una historia que para ellos, dicen, fue casi un exorcismo. Contar los miedos, las frustraciones, las luchas y el sentir de una generación. El corto se estrenó en 2006 y su adaptación teatral, en 2012, tiempo en el que la crisis barrió los sueños de muchos jóvenes en España. “No nos habían preparado para eso, nos enseñaron a ganar, pero no a perder”. Ese relato crudo resucita ahora con un largometraje producido por Beatriz Bodegas (La Canica Films) para Netflix, su entorno ideal para poner frente al espejo a una generación instalada en la falsa felicidad de Instagram.
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Es una historia universal sobre la madurez, las despedidas, lo que queríamos ser, lo que somos, lo que esperan de nosotros y cómo tenemos que adaptarnos a lo que nos hemos convertido. … La cinta radiografía ese pesar generacional a través de cuatro jóvenes en su última noche en el piso de estudiantes. Un tránsito vital -que pasó de los 18 a la veintena y ahora casi a los 30- que te marca de por vida. A María Pedraza, Pol Monen, Jaime Lorente y Andrea Ros, los cuatro protagonistas y la siguiente generación, nos les pilló por sorpresa. Conocían esa frustración que se transformó en conformismo. “Ya sabíamos que estudiaríamos y no tendríamos trabajo”, comentan los actores que reivindican su derecho a fallar, aprender, caer y levantarse, a contar historias sin purpurina y a comprometerse con las luchas pendientes.
¿Cómo ha sido el intercambio generacional con Jota Linares? ¿Estamos todos marcados por la crisis?
Andrea Ros: Creo que la generación de Jota se encontró con todo esto, y en la nuestra ya está instalado. Acabamos de estudiar sabiendo que había un panorama hostil y que cumplir tus sueños era prácticamente imposible. Esa es la diferencia principal, ellos no se lo veían venir y nosotros ya sabíamos lo que había.
“Totalmente”, le da la razón su compañero Jaime Lorente
Pol Monen: Yo creo que lo que tienen en común las dos generaciones es el contexto. Al final la crisis empezó hace como diez años, fue justo cuando Jota empezó a escribir el guion de la obra de teatro, y también nos ha marcado a nosotros como generación aunque seamos más jóvenes que el primer elenco. A la mayoría de gente de este país el contexto de crisis nos ha marcado bastante.
¿Cuáles son vuestros miedos generacionales y de vuestro entorno?
Pol Monen: En la película teníamos también la responsabilidad de contar esta historia muy bien porque, aunque estemos en el polo positivo, trabajando de lo que más nos gusta, haciendo una cosa que nos apasiona, tenemos muchos compañeros actores, directores o gente que escribe que no lo tiene tan fácil. Y me parece una historia muy bonita, me emocioné cuando leí el guion por primera vez y sentía esa responsabilidad de contarlo bien y con el corazón.
Andrea Ros: Lo normal, sobre todo en nuestra profesión, es que no te vaya bien. Eso es lo normal, lo que pasa es que solo vemos a los que les va bien. Lo normal no son tres millones de seguidores en Instagram, rechazar proyectos cada semana… Eso es casi mentira, son tres personas quienes viven eso. La realidad de nuestra profesión es completamente distinta. Lo que contamos en la película es la vida
Jaime Lorente: Hay muchas producciones donde dicen: vamos a contar problemas reales. Pero luego, de alguna u otra forma, están muy edulcorados, pasados para hacerlos mucho más llamativos. Y esto es crudo, crudo, crudo. Es tal cual. La película no tienen ningún tipo de pretensión, solo contar la historia de cuatro personas que se juntan en un piso que han compartido…
(Interviene) Andrea Ros: De hecho nos pasó viéndola. No sabíamos que la película dolía tanto. Y la hemos hecho, la hemos leído, nos la sabemos… Y la vimos y dijimos: hostia, esto te pega una patada.
Jaime Lorente: Te pega un castañazo. Yo que soy fatal visionador de mí mismo, llegó un momento en que estaba en otro plano. Es como que la película está por encima de todo
La obra es pre-15M, movimientos feminista y ecologista, ¿hay ahora más conciencia y cuáles son las luchas pendientes?
Jaime Lorente: No aceptar esta situación. Nos encontramos ya el pastel, estaba como estaba, y puedo decir: me rindo ante esto. Con más fuerza que nunca, tenemos que ponernos por encima de lo que quieren hacer de nosotros.
Andrea Ros: Sobre todo porque hay algo muy oscuro volviendo y hay que ir con mucho cuidado. No solo nos hemos encontrado una situación hostil sino que hay algo reviviendo
Jaime Lorente: Hay alguien que quiere que la situación sea más hostil todavía
Andrea Ros: Y es muy peligroso porque nos va la vida. Por eso es tan necesaria la lucha feminista y LGTBI, porque hay algo renaciendo del odio más profundo. Tenemos que estar alerta para que esta gente no vuelva.
Jaime Lorente: Como generación tenemos que reivindicar… Yo a veces alucino, en política no se habla del amor ni de la felicidad. Yo no lo escucho y es básico. No puede haber nada positivo si no se parte de ahí. Yo esto lo conozco, lo reivindico y siento que es importante. Nosotros, como artistas, es importante que defendamos esto.
Pol Monen: El feminismo, la lucha contra la homofobia, la ecología… Son cosas que nos preocupan como generación y no debemos olvidar nunca.
María Pedraza: Estamos luchando pero tenemos que seguir avanzando
Pol Monen: No perder eso nunca de vista y seguir avanzando
María Pedraza: Eso es.
Vivimos en la época del odio y la falsa felicidad en redes, la película transmite amor y tristeza, ¿va a poner muchos jóvenes ante el espejo?
Andrea Ros: Lo de no conformarnos tiene que ver con la honestidad. La lucha feminista, concretamente, lo que hace es estar autoconociéndonos y trabajándonos ¿qué es lo que hemos estado haciendo mal hasta ahora y qué podemos hacer para cambiarlo? Lo guay que está pasando es que se están generando debates sobre qué sociedad queremos, sobre qué futuro queremos y qué presente casi queremos construir. La película habla mucho de eso, de la honestidad, de lo que somos, de que estar triste está bien, de que frustrarte está bien y de que no todo es purpurina…
Jaime Lorente: Y de que tienes el derecho a fallar, a aprender, a ser perdonado y a perdonar
Andrea Ros: No tienes que saber siempre las cosas. La magia es trabajarse, conocerse e ir cambiando de opinión, pero con honestidad
Pol Monen: El mensaje que manda la película es lucha por tus sueños con toda la fuerza, pero si las cosas no salen como esperabas, a veces es para mejor
María Pedraza: Es un proceso de cambios que todos tenemos que pasar y no tenemos que tener miedo a enfrentar ese paso a la madurez
¿Cómo condiciona la educación recibida?
Andrea Ros: Es básico, es algo que tenemos estructural, y ahí está el trabajo, en rebelarse contra la estructura que uno tiene. Una, por muy feminista que sea, tiene comportamientos y pensamientos que le han inculcado desde pequeña. Tienes que estar en lucha constante con lo que te han enseñado y con lo que no quieres que vuelva a pasar.
Jaime Lorente: Hablando de generaciones, yo, por ejemplo, con la lucha feminista, yo he querido salir del barro. Yo me he dado cuenta de que eso va así, pero yo del barro, salgo manchado. Y he querido salir, y está la voluntad. Y digo, oye Andrea, si ves en mí algo, comunícamelo porque a veces no me doy ni cuenta. Y esto es un poco lo que les pasa a los personajes, quieren y salen manchados, pero no piden limpiarse un poco. No saben pedir ayuda. Quiero pero no puedo, no sé cómo hacerlo.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...