Jacobo Armero: "Uno sabe que ha vendido una casa cuando el cliente saca el metro y empieza a medir"

Madrid

La crisis económica le obligó a tener que reinventarse: de arquitecto pasó a ser agente inmobiliario. Después de seis años en ese oficio, Jacobo Armero, que abandonó su profesión tras el descalabro en el sector de la construcción al estallar la crisis económica en 2007, ha plasmado en unas memorias noveladas cómo hizo ese cambio vital y cómo es su vida en el día a día. Definido a sí mismo como "un mediador social", Armero cuenta, entre otras interioridades, la importancia de ejercer cómo psicólogo y de entenender que una inmobiliaria no trabaja con viviendas, sino con personas.