El homenaje de Iñaki Gabilondo y Carlos Herrera a Paloma Tortajada

Gabilondo: "La nobleza de Paloma estaba por encima de cualquier otro aspecto"

Madrid

Paloma empezó con nosotros en la SER, era una chica muy joven. Se identificó inmediatamente con el trabajo de la casa y la casa con ella. La radio establece una relación de familia con los oyentes, una relación que no tiene nombre: no somos hermanos, ni primos, ni cuñados, ni tíos por lo que sé que esta es una noticia que muchos oyentes comparten con nosotros.

Una voz soberbia, una gran calidad como persona y una mujer maravillosa que representa muy bien a ese colectivo de profesionales que conecta con la gente. Paloma trabajó durante muchos años en la noche, en ese turno previo al que abre al Hoy por Hoy viviendo en esa sombra del trabajo en una nivel de calidad absolutamente extraordinario.

La nobleza de Paloma estaba tan por encima de cualquier otro aspecto que todos los que la conocieron se enamoraron de ella. Todos la querían. Aquí en la SER o en la COPE o donde se ha tenido oportunidad de estar con ella.

He estado con ella estos últimos días recorriendo un camino que no podía conducir a otro desenlace y que se lleva a una mujer muy joven, de 49 años, que entregó su vida a la profesión. Toda su vida a la profesión esperando que llegara la ocasión de empezar ese tramo de otra oportunidad vital que finalmente no ha llegado.

Carlos Herrera: "La recaída fue el mazazo duro y luego la pelea, ejemplar"

Paloma Tortajada formaba parte del equipo de Las Mañanas de COPE desde 2013 y sustituía Carlos Herrera al frente del programa durante sus vacaciones. Él fue quien se dio cuenta de que algo le pasaba. Lo ha contado así en Hoy por Hoy:

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Estoy muy desconsolado. Fíjate una noticia que hemos ido asumiendo poco a poco, sobre todo las últimas dos semanas pero, inevitablemente, el mazazo es seco e imprevisto porque no te haces a la idea de que persona llena de vitalidad, con 49 años, llena de belleza, de sonrisa, de trabajo, de profesión, de capacidad de trabajo, de empatía, pueda desaparecer en un momento, bajo el mando de una enfermedad cruel, una agonía lenta.

Una día, a las 6 de la mañana, la noté más afónica y le dije, en antena incluso, ¿qué tienes en la voz.? No lo sé, voy a ir al médico, respondió. El médico le dijo que tenía una pequeña afección pulmonar que afectaba a una cuerda vocal e iban a tener que intervenir. Cuando eso acabó, todos dábamos por hecho que eso había acabado.

La recaída fue el mazazo duro, y luego, la pelea ejemplar de una mujer que, si por ella fuera, habría estado todos los días viniendo a trabajar aunque no pudiera hablar. De hecho lo hacía, a pesar de que todos le decíamos que se fuera a su casa.

Ha sido un ejemplo hasta el final de humanidad. Todas las cosas buenas que se pueden decir de una persona se pueden decir y se deben decir de Paloma Tortajarena.