'Un hombre fiel', amor líquido a la francesa
El actor Louis Garrel dirige su segunda película, una comedia ligera y delicada sobre la fragilidad de las relaciones modernas
El Cine en la SER: 'Un hombre fiel', amor líquido a la francesa (18/05/2019)
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Cannes
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Ha desarrollado Louis Garrel una especial sensibilidad y delicadeza para retratar la fragilidad de los vínculos en las sociedades modernas. Criado en la cinefilia más sofisticada, en su segunda película como director intenta evocar el espíritu de la Nouvelle Vague. Entre la herencia del mejor cine francés y la tradición teatral, el actor construye una comedia de enredo a través de una relación a tres que sirve de termómetro, de radiografía, del amor líquido, de la fugacidad y superficialidad de los afectos.
Arragiada en el costumbrismo contemporáneo, como defiende el actor, Un hombre fiel camina entre el drama romántico, la comedia ligera y el thriller. Garrel, eso sí, se aleja de los clichés clásicos para modernizar una historia, un trío amoroso, en el que interpreta a un hombre dominado por dos mujeres fuertes, un hombre que vaga y divaga ante la determinación femenina, un retrato del galán aturdido del siglo XXI.
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Laetitia Casta, pareja del director, y Lily-Rose Depp, hija de Johnny Depp y Vanesa Paradis, conforman esta aventura para la que el joven buscó al veterano guionista Jean-Claude Carrière, conocido por sus trabajos con Buñuel. El escritor imprime finura e inteligencia a una cinta entregada a la palabra. En 75 minutos de metraje, algo inusual, a Garrel no le interesa desarrollar la profundidad emocional y psicológica de los personajes, opta por la contención, cierta frialdad y una cotidianeidad a veces impostada. Pese a la superficialidad del relato, no pierde la solemnidad e intensidad francesa, el toque parisino con una música y unos diálogos que arrebatan a la cinta la ligereza pretendida.
El realizador sí aporta frescura y fluidez recurriendo a la voz en off, el mecanismo perfecto para expresar los sentimientos y pensamientos de unos protagonistas a ratos indescifrables. Pasado, presente, líos amorosos, despedidas y reencuentros, Garrel se permite jugar hasta para abrir un trama de suspense con el hijo que su pareja tuvo con otro. El pequeño, obsesionado con investigaciones policiales, lanza sospechas y sirve para generar dudas. El joven realizador consuma una obra madura que derrocha amor por el cine y deja una reflexión ligera sobre este mundo cambiante de compromisos frágiles.