Leonardo, una figura olvidada por el cine
Leonardo Da Vinci es una figura que ha inspirado muchas películas pero no aparece en ninguna ¿Por qué el cine se ha olvidado de él?
No olvidamos a Leonardo Da Vinci
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Madrid
El 4 de mayo de 1945, las fuerzas estadounidenses atraparon al infame gobernador general de la Polonia ocupada, Hans Frank, en su residencia a orillas del lago Schliersee, a sólo quince kilómetros de la frontera austriaca. Durante el registro de su vivienda, los soldados encontraron La Dama con armiño de Leonardo da Vinci. Ni Hitler se había atrevido a poner las manos sobre Mona Lisa, pero en el caso del polaco procedía de una colección privada saqueada por los nazis. Leonardo había ascendido a lo más alto en prestigio y popularidad, tras un largo periodo en que no se elevaba sobre los otros maestros del Renacimiento, o incluso quedaba por debajo de algunos.
Sin la posibilidad de obtener su ADN, la ciencia busca dislexias, síndromes o explicaciones similares, para poder entender las facultades de una persona cuyo ojo era tan agudo como para descubrir que: «La libélula vuela con cuatro alas, y, cuando se elevan las dos de delante, bajan las de detrás»; o que Hasta fechas muy recientes, no se haya podido dar explicación científica a la sensación que produce la sonrisa de Mona Lisa.
El cine no ha dejado en un siglo ninguna imagen memorable del personaje, ni tampoco ninguna película biográfica en las listas de las más populares. Otro Leonardo, DiCaprio, intentará cambiar la situación en un futuro próximo con un proyecto de biopic que lleva dos años circulando; y hasta ese momento el mayor homenaje del cine continúa siendo La última cena de Buñuel en Viridiana.
Leonardo se alza en cambio como el creador renacentista más habitual en el mundo de la televisión, con más horas de metraje que ningún otro artista, ya sea contemporáneo o actual, con la excepción de Pablo Picasso, al que el nacido en Vinci le ganó hace poco el título de "pintor más caro de la historia de las subastas".
Al margen de los profesionales en instituciones, las personas que mejor conocen los detalles de la pintura clásica son las que se turnan ante obras maestras para copiarlas. Ana Gulias Velázquez y Almudena López de Ochoa nos cuentan su experiencia como copistas en El Prado, atendiendo encargos de lo más variopinto, y cómo Leonardo se ha cruzado en sus vidas.
El atractivo de Leonardo es tal, que a la Biblioteca Nacional de España le ha bastado con documentar y apoyar los dos "Códices de Madrid", para atraer el mayor número de visitas de su historia. Paqui Ramos estuvo próxima al cierre de la exposición para hablar con dos de las personas que han convivido más tiempo con estos recuerdos de Leonardo… y que tienen una historia propia, incluyendo más de un siglo de desaparición, que recordamos en el audio.
