El Supremo y los pactos

Madrid

Las elecciones nos habían tapado el juicio del Supremo, pero la Fiscalía nos ha devuelto a la realidad con una petición de penas tremenda, de 25 años de cárcel para Oriol Junqueras y de entre siete y 17 años para los otros 11 acusados, con el añadido de castigos variados, como la exigencia de haber cumplido la mitad de la pena para lograr el tercer grado.

Así que ahí está nuestro drama, con una situación judicial que imposibilita cualquier acción política. Cedió el PP de Rajoy y Sáenz de Santamaría, incapaces de hallar salidas al conflicto, el poder de decisión a los jueces, y ahora estamos cerca del final del túnel de dirección única, a expensas de Marchena y sus acompañantes. Esperar. Solo cabe esperar. Y con la condena ya dictada, cuando toque, buscar una solución a la desesperada. Malos tiempos, malos augurios.

Mientras, los pactos poselectorales, ya lo comentamos en el Ojo, van a tardar, que recuerden aquello de la piel del oso. Y hay muchos que resolver. Por lo pronto, el Gobierno de la nación, que no es cualquier cosa. Sánchez se resiste con uñas y dientes, como saben, al gobierno de coalición con Podemos, pero los números son los números, y 123 diputados dan para lo que dan. Aun hay más, que PP y Ciudadanos se van a enzarzar, mientras Vox, como siempre, ruge.