La mafia no está en España de vacaciones

Madrid

Íñigo Domínguez es uno de los periodistas españoles que mejor conoce el crimen organizado italiano. El colaborador de A vivir, que fue corresponsal en Italia durante 15 años, publica ahora Paletos Salvajes, el segundo volumen de sus Crónicas de la mafia (Libros del K.O.).

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La intención de Domínguez en esta exhaustiva recopilación del mundo mafioso es desmitificar el aura de glamur que rodea a estas organizaciones criminales, en parte, por culpa de series y películas que nos presentan a caballeros de honor que tienen que lidiar con sus dificultades y las de los suyos.

En 2013, Europol, la agencia de la Unión Europea en materia policial, creó un fichero para que los distintos países de la UE aportaran información sobre el crimen organizado italiano. El país que menos datos incluye en ese fichero es Italia. Esta anécdota no responde a una cuestión de ineptitud por parte de la policía italiana, sino a la falta de confianza. Las autoridades italianas no se fían de sus socios europeos a la hora de luchar contra la mayor lacra criminal de la historia del país: la mafia.

Lejos de lo que se pensaba hasta hace unos años, la mafia italiana no viene a España de vacaciones. En muchas ocasiones, los miembros del crimen organizado recalaban en nuestro país para huir de la justicia italiana, pero también tenían intereses económicos, sobre todo relacionados con el tráfico de hachís. En este contexto, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil –a través del grupo de drogas– empezó a colaborar con la policía italiana para detener a mafiosos escondidos en nuestras fronteras. Principalmente, se trataba de miembros de la Camorra napolitana, una las organizaciones criminales más sanguinarias del mundo. En España, sin embargo, tenían la consigna de pasar desapercibidos: “dinero sin balas”.

La confianza que se estableció entre ambos cuerpos armados fue fundamental para que un fiscal napolitano potenciara la cooperación con los agentes españoles. El resultado de esta colaboración fue una operación que culminó en 2012 con la desarticulación en España del camorrista Clan Polverino y la detención de más de 200 miembros del grupo, entre ellos el capo Giuseppe Polverino, encarcelado hoy en el país transalpino y pendiente de juicio.

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Esta mañana hemos charlado en A vivir con el teniente coronel de la Guardia Civil que se encargó de dirigir esta operación, que llevó a la UCO a recorrer España durante tres años. Su conocimiento sobre el crimen organizado italiano ayudó a que en 2017 el instituto armado español participara en otra investigación –en este caso en colaboración con el FBI– para desarticular a una de las 5 familias de la mafia neoyorquina, los Lucchese.