¿Hemos sido engañados?

Madrid

Hace 15 días fue objeto de nuestra polémica la iniciativa de los habitantes de una pequeña isla noruega, Sommaroy, de liberarse de los relojes y vivir sin tiempo. Hoy vuelve la isla a nuestra polémica porque resulta que la noticia era falsa, o una media verdad. Porque es cierta su anarquía temporal por su ubicación planetaria, pero el resto se trababa de una campaña publicitaria lanzada por dos organismos públicos del Gobierno noruego para promocionar el turismo en la zona. Y como el presunto impulsor de la iniciativa, vecino de la isla, estaba en el ajo, resulta que cuando se pretendía confirmar la información, como hizo este programa, lo que se confirmaba era el fiasco.

En la operación han picado 1500 medios de todo el mundo, desde el New York Times hasta este programa, y ante la envergadura de la repercusión el Gobierno noruego y la agencia de publicidad responsable han pedido disculpas. La polémica vuelve a hablarnos de la responsabilidad que tenemos los medios - y procuramos no olvidar - de confirmar las noticias que contamos, aunque sean tan blancas y románticas como que una isla quiera vivir sin tiempo. Pero también de la dificultad de este trabajo cuando hasta un Gobierno de un país serio es capaz de fabricar una noticia para promover una campaña de marketing turístico. Pero hoy toca lo que toca: aclarar las cosas y pedir disculpas en lo que nos toca.