Nada peor que vender barato una tierra llena de oro y petroleo

Ya hemos visto algún episodio similar a lo largo de este año, pero el negocio que recordamos hoy es probablemente de los peores que ha hecho un país en la historia de la humanidad.

Porqué tal día como hoy, un uno de agosto de 1867, el Imperio Ruso culminó la venta de una gran porción de su territorio. Lo curioso es a quién se lo vendió: a los Estados Unidos de América, que consiguió en esa compra el estado más grande de los que forman la unión. Además, pagó por Alaska, porque de ese estado estoy hablando, 7.2 millones de dólares, que acabó resultando una ganga.

Lo curioso es que cuando el presidente Johnson anunció la compra, muchos americanos lo consideraron un gasto frívolo e inútil. Nadie dudaba que Alaska fuese un territorio extenso, pero al ser despoblado, frío, y lejano, parecía un poco como comprar un camión para un recién nacido: costoso, imprudente e inútil.

Pero Alaska no tardó en demostrar que los rusos habían hecho un mal negocio. 30 años después de la venta, se encontró oro en el norte del nuevo estado. Esto no sólo llevó a que se extrajese oro por cuatro veces el valor que había pagado EEUU a Rusia, también hizo que mucha gente se trasladase a vivir ahí.

Aparte del oro, Alaska demostró ser rica también en petróleo, habiendo sacando oro negro por valor de 157 mil millones de dólares desde 1959. Pero lo que sin duda más valoraron los americanos fue que su territorio más norteño no estuviese en manos rusas durante los casi 50 años de guerra fría con los soviéticos. Hubiese sido tener al enemigo literalmente en casa.

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