Cinema Palleiriso o cómo llenar una sala de cine en un pueblo vacío
Cuando hablamos de revitalizar las zonas rurales solo abordamos las facetas más básicas, casa y trabajo, y nos olvidamos del derecho al ocio en las zonas más despobladas de nuestro país.
Este proyecto, asociado a la Federación de Cineclubs de Galicia, está liderado por el cuentacuentos lucense Anxo Moure con el objetivode recuperar el cine en un entorno rural.
Chantada
Cuando el viejo Alfredo se despedía del joven Totó en el mítico Cinema Paradiso le dejaba clara una consigna: “No regreses a este pueblo”. Así lo continúan haciendo los jóvenes españoles. El mundo rural agoniza y envejece mientras la lista de municipios en riesgo severo de despoblación es cada vez más larga. Por ello, la España Vaciada lleva meses en pie reivindicando políticas que atraigan y fijen nueva población en estos municipios.
Cinema Palleiriso o cómo llenar una sala de cine en un pueblo vacío
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Esta misma semana, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, proponía trasladar organismos públicos que actualmente se encuentran en Madrid a ciudades pequeñas como forma de paliar la pérdida de población en las zonas rurales. Aunque es un buen primer paso, parece que cuando se aborda la cuestión de la despoblación solo se piensa en lo más básico: casa y trabajo. La necesidad de crear espacios colectivos donde llevar a cabo una vida social plena y el fomento de la actividad cultural en los pueblos, a menudo, quedan relegados a un segundo plano.
Chantada es un municipio lucense que ha perdido casi el 25% de su censo en treinta años. En Garabelos, una pequeña aldea de este ayuntamiento, se han propuesto combatir la despoblación a través de la cultura. Cinema Palleiriso es una sala de cine especial. Se trata de un proyecto asociado a la Federación de Cineclubs de Galicia y que lidera desde hace años el cuentacuentos lucense Anxo Moure con el objetivo reivindicar el derecho al ocio y recuperar la experiencia del cine en el entorno rural.
A pesar de que durante 2018 se cerraron 16 salas de cine en nuestro país, al Cinema Palleiriso nunca le falta gente. La sala tiene capacidad para cien personas. Cuenta con 36 butacas que han recuperado de viejos cines que han ido cerrando en la comunidad autónoma gallega, con un viejo carruaje que sirve de gallinero y con alpacas de paja: “Esas son las butacas VIP” sentencia Anxo. Al pueblo llegan autobuses de niños y familias particulares para asistir a alguna de las sesiones de cine que se proyectan dentro del viejo pajar situado en la casa de la abuela de Anxo y que han conseguido restaurar y acondicionar después de un año de trabajo. “Probablemente en alguna de estas butacas se sentaron los abuelos de los niños que vienen aquí. Antes en el pajar se juntaba alimento para el ganado, ahora se juntan aquí historias y sueños” sostiene con una mirada ilusionante Moure.
El embalse de Belesar abastece de agua y energía a Chantada. Durante su construcción en los años sesenta y gracias al crecimiento de la actividad económica “se llegaron a abrir hasta ocho salas de cine”, recuerda con nostalgia Moure. Ahora no queda ninguna. Las salas de cine más cercanas están en Ourense y en Monforte de Lemos, lo que supone, por lo menos, más de media hora de trayecto en coche para poder disfrutar de una película en pantalla grande. “Muchos niños del mundo rural nunca fueron al cine. Más de mil niños y niñas han visto en Cinema Palleiriso su primera película en el cine y por eso este proyecto para mí es un tesoro pedagógico, educativo y cultural.”
La aldea está enclavada en pleno corazón de la Ribeira Sacra y el entorno es único. “Cuando llueve además de la banda sonora de la película, tenemos la banda sonora de la naturaleza” y eso para Moure, “es mágico”. Cinema Palleiriso no solo es un cine, sino que además hay un pequeño jardín botánico con más de una veintena de especies y una casa en un árbol que sirve de biblioteca a la que los niños y niñas suben para escuchar las historias que les cuenta Anxo.
Brais es el hijo de Anxo. De él tomó la afición por el séptimo arte y su profesión: cuentacuentos. Tiene 23 años y decidió dejar los estudios en comunicación audiovisual que cursaba en la universidad para volver a la aldea. “El cuerpo me pedía estar aquí” dice orgulloso. Él se encarga también se realizar parte de los vídeos que se proyectan en el Cinema Palleiriso y, aunque confiesa que también le gusta ver series a través de plataformas como Netflix o HBO, para él “ir al cine es como bucear: “me siento en mi butaca y me sumerjo durante horas”
Daniel Sousa
Es redactor en EL PAÍS Audio y colabora en ‘A Vivir que son dos días’ de la Cadena SER. Ganador del...