Una española atrapada en Hong Kong: "Recibimos más ayuda por parte de los manifestantes que de la policía"
Hablamos con Maite Pintor que esta noche la tendrá que pasar en esta región autónoma china porque no va a despegar ningún vuelo del aeropuerto
Los hongkoneses bloquean el aeropuerto por segundo día consecutivo en unas protestas que comenzaron hace unos meses por la ley de extradiciones a China pero que ha evolucionado en una movilización que exige una mayor autonomía para Hong Kong
María Pintor pasa su segunda noche sin poder salir de Hong Kong
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Madrid
El aeropuerto de Hong Kong continúa paralizado por segundo día consecutivo; no puede despegar ni un solo vuelo en uno de los diez aeropuertos más importantes del mundo. El motivo son las protestas de miles de hongkoneses que comenzaron por la polémica ley de extradiciones a la China continental y que -aunque ahora esta ley está paralizada- han continuado como una reivindicación aún mayor de una región que quiere más autonomía de China.
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En La Ventana hemos hablado con Maite Pintor, una española que hoy tendría que volar desde la isla hasta Barcelona con su mujer pero que se tendrá que quedar una noche más en el aeropuerto debido a la sentada de los hongkoneses en la zona de salidas del aeropuerto que no permiten cruzar hacia el control de seguridad. Pintor llegó ayer precisamente al aeropuerto desde Taipéi en el momento en el que comenzaban las protestas: "Llegamos aproximadamente a las tres y media de la tarde. Había bastantes personas en el hall de llegada. Íbamos a buscar taxis para ir al centro y fue imposible porque fue cuando llegaban el 75% de los manifestantes".
Manifestantes pacíficos
Pintor ha explicado que la actitud de los manifestantes era pacífica y que de hecho fueron precisamente algunos de ellos los que les ayudaron a salir del aeropuerto: "Una chica nos advirtió y nos dijo: «idos corriendo hacia el centro de la ciudad porque vamos a ocupar el aeropuerto»". Cuando aterrizaron los manifestantes les recibieron mientras "cantaban al unísono que no confiáramos en la policía de Hong Kong" y pudieron salir de allí gracias a "tres chicos que nos ayudaron, cogieron nuestras mochilas y nos llevaron por una puerta lateral para llegar a la estación de autobuses y poder ir al centro de la ciudad".
Una de las cosas que les sorprendieron en el aeropuerto era la escasa presencia policial: "No había ni un solo policía en el aeropuerto. Solo algunos vigilantes de seguridad que nos acompañaban en medio de la masa". De hecho, Pintor llega a asegurar que al cruzar entre la masa de manifestantes que les hacían un pasillo se sentían "como Madonna".
Pintor y su mujer ya estuvieron en Hong Kong hace tres semanas cuando ya habían comenzado las protestas, aunque sin afectar directamente al turismo; simplemente el taxista que las llevó a su hotel y "una chica en un restaurante nos advirtieron de las zonas que teníamos que evitar". En esos cuatro días que pasaron en Hong Kong se limitaron a evitar las zonas que les indicaron y pudieron disfrutar de la visita con normalidad.
"Estaba todo bastante descontrolado"
En esta segunda ocasión eran conscientes de la escalada de las protestas, aunque no eran conscientes de la magnitud: "Para nada nos imaginábamos este movimiento y que civiles pudieran tomar de esta forma un aeropuerto internacional". Explican que a las aerolíneas "les ha sobrepasado la situación" y que la información se la ha tenido que facilitar el hotel en el que están alojadas porque, de hecho, la página web de la compañía con la que tendrían que volar hoy "sigue publicado que nuestro vuelo va a salir cuando realmente están cancelados todos los vuelos".
Pintor está convencida de que tanto ella como su mujer son "afortunadas porque podemos pagar un hotel" pero que precisamente Hong Kong es "una ciudad del nivel París. Comer, beber o el transporte son mucho más caros que Barcelona" pero que las compañías aéreas tendrán que hacerse cargo de los costes que les suponga prolongar su estancia.
"Piden libertad pero nos privan de la nuestra"
María Pintor asegura que se solidariza con lo que están pidiendo los hongkoneses, explica que la imagen en el aeropuerto "fue emocionante: gente joven y super educada que nos daba folletos" pero también asegura que mientras piden más libertad, más autonomía con China "nos están privando de nuestra libertad porque estamos en uno de los aeropuertos más grandes del mundo y no podemos salir de aquí".