Mares y océanos de España se llenan de microplásticos
Las costas de Canarias y, especialmente, el Mediterráneo están gravemente afectados por este material
Un 94% de las partículas llegan al fondo marino, un 5% termina en la costa y lo que se ve flotando es solo el 1%.
Científicos y ecologistas explican que la única posibilidad de revertir el aumento de materiales plásticos en la naturaleza es cambiar la producción y el consumo
Madrid
Los microplásticos lo invaden todo. Un grupo de científicos alemanes y suizos ha detectado la presencia de este material en la nieve, incluso en el Ártico canadiense. La presencia del plástico en el agua, mares y océanos, se ha convertido en un grave problema medio ambiental y España no es una excepción. Las costas Canarias, las Baleares y, especialmente, el Mediterráneo están afectadas por este material y la única solución, según los ecologistas, pasa por cambiar el modelo de producción de plástico.
El Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas, el PNUMA, cifra en 6,4 millones de toneladas el total de basura que cada año se vierte al mar en el mundo. El plástico se rompe en fragmentos muy pequeños, de menos de 5 milímetros de diámetro, y se convierte en un material muy difícil de detectar. Se suele concentrar en las zonas donde se produce, pero las corrientes oceánicas se encargan de distribuirlo y hacen que se acumule en cualquier parte del mundo.
"Del total que llega al mar aproximadamente un 94% va al fondo marino, para nuestros ojos desaparece pero está ahí. Luego, el 5% llega a las costas empujado por el mar y el viento y el 1% queda flotando", afirma Montse Sala, bióloga marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC.
En las islas Canarias, por ejemplo, se han encontrado valores muy altos en la arena, hasta 330g/m2 en algunas playas. "Hemos encontrado incluso fragmentos de tarjetas de las trampas de langosta que se utilizan en Maine, en Estados Unidos. Después de años terminan llegando a nuestras costas", explica May Gómez catedrática de la Universidad de Las Palmas y coordinadora del grupo de investigación EOMAR. Canarias forma una barrera natural con el golfo y funciona como embudo, concentrando mucha basura.
Pero la peor parte de España se la lleva el Mediterráneo. "En todo lo que es la cuenca central y occidental estimamos, con las muestras que obtuvimos, que en la superficie del Mediterráneo habría en total unas mil quinientas toneladas de plástico. Solo en la superficie porque muestreamos los 20-25 cm superficiales", explica Luis Francisco Ruiz-Orejón, investigador especializado en contaminación marina del CSIC.
Consecuencias para los organismos
Estos plásticos son ingeridos por organismos marinos: los animales los confunden con comida y se los comen; o los aspiran, sin querer, y acaban en sus estómagos. "Terminan acumulando tanta cantidad de microparítculas en su interior que serán incapaces de seguir alimentándose de manera natural y pueden morir", explica May Gómez. Luego, los humanos ingerimos esos animales y la pregunta que muchos científicos intentan resolver es si el material puede pasar por el torrente sanguíneo y acaba siendo perjudicial para la salud.
Las partículas de plástico en sí no tienen por qué suponer un riesgo, el problema son los contaminantes adheridos. "El plástico la característica de pegar los contaminantes químicos que se encuentran disueltos en el mar. Estos contaminantes se concentran y se acumulan. Son auténticas bombas de relojería", explica May Gómez. En los análisis que ha hecho su grupo de investigación, se han detectado hasta 81 contaminantes químicos diferentes en microplásticos encontradas en la arena. Los efectos aún no son concluyentes. "Todavía no sabemos en qué nos afecta a nosotros. Está toda la comunidad científica trabajando en ello, afirma la bióloga.
Solución: cambiar la producción
Las plásticos grandes son, relativamente, más fáciles de quitar del mar y la costa. Han surgido iniciativas como Conciencia Plástica, uno de los tantos grupos que hay en España para recoger basura de las playas. "Hay muchísimo más plástico que hace 3 o 5 años. Eso se ve claramente. Cada ola que llega ala playa llegan nuevos plásticos o te los encuentras enterrados en la arena", cuenta Agnés Torres, bióloga y fundadora de la asociación.
La Unión Europea es el segundo bloque económico del mundo en consumo y producción de plástico y España, dentro de los vientisiete, es el cuarto país. "Un 40% de este plástico en nuestro país se dedica a hacer envase de un solo uso", comenta Julio Garea, responsable de la campaña de plásticos de Greenpeace. Por eso, para los ecologistas lo que debe cambiar es toda la producción. "El sistema que tenemos actualmente de contenedor amarillo en la calle tocó techo hace tiempo y por mucho maquillaje de cifras que se nos quiera dar pues no está mejorando. Hay que hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes", dice Garea.
Un estudio de Greenpeace de 2019 determina que en España apenas el 25% del envase de un solo uso se recupera. Los microplásticos son partículas demasiado pequeñas como si quiera detectarlas, por lo que eliminarlas se convierte en una misión bastante imposible. Además de que al eliminarlas se erradicarían también otros componentes, por ejemplo en el mar, que son necesarios como la sal. Por eso, la solución, para muchos expertos, radica en reducir tanto el consumo como la producción de plásticos.
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