Mariano Barroso: "Los del cine son problemas menores comparados con los de la sanidad o la educación"

Madrid

La transversalidad entre el cine y la televisión lleva siendo una realidad desde hace ya algún tiempo. Después de una larga carrera como director y guionista de cine, Mariano Barroso vuelve a ponerse al frente de una serie de televisión, ‘Criminal’, la última serie que ha estrenado Netflix.

Así se refiere el también director de la Academia de Cine a este proyecto, en el que dirige tres capítulos: “Sin darnos cuenta, durante mucho tiempo se ha ido creando una infraestructura de actores y otros trabajadores muy potente que solo tenía una salida: la del embudo del cine, con muchas posibilidades de morir. Ahora ese embudo se ha roto y resulta que no era la única ventana, sino que hay más”, dice Barroso sobre las posibilidades que las plataformas han abierto en el panorama actual.

Después de la gran polémica creada después de que sugiriera la inclusión de las series en los Premios Goya, Barroso sigue encontrando dos problemas: la definición, pues el cine sigue consistiendo en un ritual que consiste en entrar en una sala previo pago, y la operatividad: “el volumen de producción de series es enorme, la Academia necesita infraestructura”.Tal y como demuestra con su propia actividad, “las series las hacen los mismos directores, actores, técnicos y productores, pero la ventana es distinta”.

Más allá de la polémica, y con un Gobierno en funciones y unas inminentes nuevas elecciones, la industria del cine se encuentra igual de paralizada que otros sectores. “Se detiene todo, es una malísima noticia, parece que se para el reloj, es una irresponsabilidad”, se lamenta Barroso. “Lo triste es que ya estamos acostumbrados”.

Una serie teatral compartida por varios países

‘Criminal’es una serie de 12 capítulos repartidos entre España, Reino Unido, Alemania y Francia en el que cada país aporta su equipo para desarrollar un procedimental policíaco en el que detectives y sospechosos se baten en un duelo psicológico entre cuatro paredes.

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Las limitaciones en el planteamiento fueron las que le hicieron al director aceptar la dirección de la serie. “Lo que planteaban era una historia sin salir de la habitación, en elmismo sitio y casi en tiempo real”. Este proyecto suponía para él algo fundamental a la hora de dirigir: “ir a la raíz, a la base, al trabajo con los actores”. Un trabajo, el que hace con los intérpretes, que es alabado por Eduard Fernández, Carmen Machi, Emma Suárez y el resto del elenco que participa en esta serie.

La serie transcurre en una sola sala de interrogatorios, pero la fuerza de los diálogos imprime dinamismo en las escenas, que en ocasiones parecen sacadas del teatro. “El adjetivo teatral siempre se usa de forma peyorativa, y el buen teatro es una maravilla. Una buena obra de teatro te atraviesa y se queda en ti”, dice Barroso. Esa inmediatez, esa no escapatoria del interrogatorio, esa prisión que son el uno para el otro… eso le mete mucha presión a la olla”, describe.

A pesar de que la serie se ha grabado íntegramente en España, las diferencias entre los países son sustanciales. “Cuando empezamos a hacerlo, el showrunner se extrañaba porque movíamos mucho los brazos o comíamos churros”, dice Barroso sobre la adaptación a esa idiosincrasia tan nuestra. “Los policías españoles se comportan de una manera muy diferente a los ingleses en la serie, utilizan métodos paralelos, la gente que denuncia no lo hace por ética, sino por intereses propios”, comenta sobre el contenido de los tres capítulos que dirige.