Solo un tema: Cataluña; solo un debate: el 155

Madrid

En un mes escaso, entre la sentencia del juicio a los líderes del procés, entre el 10 y el 15 de octubre, y las elecciones del 10 de noviembre se va a jugar una partida clave para Cataluña y para la gobernación de España. La sentencia, la respuesta del independentismo a la sentencia y la respuesta del gobierno a esa respuesta del independentismo lo va a acaparar todo. Si hay condenas, lo que parece seguro y se responde con confrontación como parece probable, las decisiones que tome Sánchez van a monopolizar la precampaña y la campaña. Solo habrá un tema: Cataluña y solo un debate:  el 155. 

No habrá manera de sacar los pies de esas arenas movedizas que van a embarrar los asuntos ahora dominantes. Economía, pactos, Errejón, impuestos, precariedad. Todo va a ser tragado por estos temas y atención porque podrían tragarse incluso las encuestas y los pronósticos. Creo sinceramente que Cataluña y la sombra del 155 van a pensar mucho en el resultado electoral. 

Si miramos más allá de las elecciones, la sesión del Parlament del pasado jueves no augura nada bueno. Se desdeña cuanto procede de la legalidad española; es decir se desdeña la legislación vigente, se legitima la desobediencia y se llega al limite insólito de amparar institucionalmente con incondicionalidad ciega a unos radicales a los que se está investigando en un procedimiento legal y además acusados de preparar acciones violentas. Ayer Torra volvió a defenderlos de forma cerrada en un acto ante la cárcel de Lledoners. 

Muy malos augurios. Y no solo para este tiempo electoral. Cada día se hace más difícil imaginar cómo podría producirse el diálogo que se dice querer. Cada día se hace más difícil imaginar el reencuentro.