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Las cintas de VHS no están muriendo

Más de 170.000 documentos componen el archivo audiovisual de la Biblioteca Nacional

Las 35.000 cintas de VHS están en perfecto estado de conservación

Según Fernando Trueba, es "el mayor cineclub de España"

Fachada de la Biblioteca Nacional Española / Purestock Getty Images

Madrid

La Biblioteca Nacional Española (BNE) alberga, en una de sus plantas, el depósito legal de todo el audiovisual español. Más de 170.000 documentos componen este archivo. Y de ellos, unos 35.000 son cintas de VHS que, a pesar del paso del tiempo, siguen en perfecto estado. Sobre todo por las condiciones de conservación: una sala con el aire acondicionado a una temperatura muy determinada, niveles de humedad específicos y sin luz (salvo cuando tienen que entrar a por algún archivo).

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Sin embargo, las buenas condiciones de conservación no impiden que la Biblioteca Nacional empezara, hace mucho, la digitalización de estos archivos. No solo de las cintas de VHS, sino también del vídeo Betta y el vídeo 2000: dos tipos de archivos que estuvieron en el mercado y fueron desplazados por el dominio del VHS. De momento se han digitalizado unas 6.000 cintas, por lo que "todavía queda mucho trabajo", como reconoce Alicia García Medina, jefa del servicio audiovisual de la Biblioteca Nacional.

Las cintas de VHS no están muriendo

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La digitalización, un proceso complicado

El primer tipo de archivo audiovisual digitalizado fueron las cintas de vídeo Betta. Y, a ellas, les siguieron las de VHS. "Para saber qué archivos tenemos que digitalizar primero nos fijamos los formatos más efímeros. Se da prioridad a aquellos más antiguos y a los que se ve que están en peores condiciones", afirma Mar Pérez Morillo, directora de la división de procesos y servicios digitales de la Biblioteca Nacional. Aunque también pueden elegirse secuencialmente; "todo depende del caso".

Para realizar la digitalización de las cintas, lo primero que se hace es rebobinarlas, porque "la inmensa mayoría de las películas jamás han sido rebobinadas", reconoce Teresa Rodríguez, directora del departamento de música y audiovisuales de la Biblioteca Nacional. Después se seleccionan aquellas cintas a las que les urja la digitalización para llevarlas a las máquinas. Pero el proceso no acaba aquí porque, en muchas ocasiones, las personas a cargo de la digitalización tienen que editar la imagen, el sonido, o ambas.

Y si durante el proceso de digitalización se observa algún problema, la Biblioteca Nacional pone en marcha su plan de restauración. Bien a través de sus propios restauradores o, como ocurre en muchos casos, contratando a personal externo para un archivo concreto. Por lo general, las cintas que se encuentran en la BNE no necesitan ninguna restauración, pero sí puede darse el caso de que haya que cortar algunos fotogramas. "Dos o tres... y eso, a nuestros ojos, no cambia nada", indica Alicia García.

Un alto coste económico

Si los formatos han cambiado con el paso del tiempo, el propio proceso de digitalización también. Hace unos años las cintas de VHS, vídeo Betta y vídeo 2000 se transformaban en DVDs. Pero ahora se convierten en un archivo digital -en formato WAV o MP4, para ser reproducidos por cualquier procesador informático- que se almacena en bases de datos propias de la Biblioteca Nacional. Es un proceso lento, complicado en algunos casos porque las cintas están deterioradas, y bastante costoso.

"Meter el archivo en la máquina puede costar unos 20 euros, pero a esto hay que sumarle el coste que supone alquilar las máquinas, contratar a personal cualificado, el trabajo de todo el personal de la Biblioteca Nacional...", indica Alicia García mientras abre la caja de uno de los vídeo Betta. Precisamente es este coste tan elevado el que ha impedido completar la digitalización prevista para estos años. "Tenemos un presupuesto muy limitado y debemos priorizar. Para el año que viene tenemos intención de continuar con el proceso, pero todo depende del dinero del que dispongamos", reconoce Mar Pérez.

Cintas de VHS y vídeo Beta de la Biblioteca Nacional Española / Cadena SER

Todavía quedan 50.000 archivos -entre VHS, vídeo Betta y vídeo 2000- por digitalizar. A los que hay que sumar los DVDs -que están ya en la cola de la digitalización- porque, como recuerda Teresa García, "los soportes magnéticos tienen todos una fecha de caducidad. Y de ahí nuestra necesidad de preservar y conservar todos estos archivos".

Una necesidad más ingente para este tipo de archivos, porque ya no quedan casi reproductores que los lean y porque sus materiales son más efímeros que el resto. Aunque esto no impide que, una vez digitalizados, las cintas de VHS no se tiren a la basura. 

 
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