Secuelas del documental de Ramos

Madrid

El vídeo de Quim Torra recibiendo la noticia de que Sánchez no le coge el teléfono: las profundas secuelas del documental de Sergio Ramos en la política española. Que era algo que se sabía que iba a ocurrir de un momento a otro: imágenes grabadas espontáneamente de conversaciones íntimas, como en el caso de Ramos, que empiezan con infinitivo. “Decir también”, “insistir que”. El vídeo de Torra se inscribe no el mundo de la propaganda sino en un submundo de la propaganda. Para que la propaganda haga su efecto hay que dar por hecho que lo que estamos viendo es verdad, aunque nos lo estén manipulando. El vídeo de Torra el primer problema que tiene es saber si eso es verdad; cuando sabemos que es verdad, el problema siguiente es saber en qué toma les salió bien, y dónde están las tomas anteriores.

Hay un tercer problema que comparte con los videos enlatados de La Moncloa sobre Pedro Sánchez. Funciona como metáfora del Procés, aunque en realidad todo funciona como metáfora de estos días del Procés: se trata de dos líderes tratando de capitalizar emociones, no entendimiento. Se ha establecido la base de que Cataluña, una comunidad dividida sentimentalmente, se gana expresando las emociones correctas, y la emoción más correcta para nuestros líderes es la de la pena. No puedo hacer más que lo que hago. Que es cierto, pero se debe a la impotencia.