Así son las dificultades de los ciegos para comprar en el supermercado
Nos lo podemos imaginar en parte, pero seguramente no en toda su dimensión. Por eso en SER Consumidor hemos querido que varios ciegos nos hablaran de las dificultades a las que se enfrentan a la hora de hacer la compra y las causas por las que el sistema braille está tan poco implantado en los productos. Contamos con la colaboración de tres expertos de la ONCE, y nos fuimos con uno de ellos al súper para conocer sus problemas en las compras diarias. ¿Cómo distinguir un aceite de girasol de una oliva virgen extra, unas galletas sin azúcar de otras con, una leche desnata de una entera, en envase de detergente de uno de lejía?
Las dificultades de los ciegos para comprar en el súper
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Madrid
Los ciegos se enfrentan a numerosas dificultades en su día a día. ¿Cómo hacen la compra? La mayoría de las veces no pueden diferenciar los productos y no saben realmente qué están comprando. Ana María Llauradó, secretaria de la Comisión de Braille Española; Alberto Daudén, secretario técnico y Pedro Ruiz, asesor técnico, denunciaron en SER Consumidor la situación que viven los ciegos en España. Y para conocer realmente los problemas a las que tienen que hacer frente en un supermercado, nuestro compañero Álvaro Pardo, ha ido a hacer la compra con uno de ellos.
En la actualidad, solo los productos farmacéuticos están obligados a implantar el etiquetado braille en sus artículos. Por lo que los ciegos siguen teniendo dificultades a la hora de comprar cualquier otro producto de consumo. “Por ley, todos los medicamentos cuentan con etiquetado braille. A otros niveles, nosotros recibimos consultas de empresas interesadas en etiquetar sus productos en braille, pero no recibimos las que desearíamos. Lo lógico sería que todos los productos de consumo estuviesen etiquetados”, expuso Ana María Llauradó.
“En los medicamentos es obligatorio, y tendría que ser extensivo a todos los demás. Se ha conseguido en los productos farmacéuticos porque es muy importante saber qué medicamento estás tomando o qué medicamento le estás dando a tu hijo”, comentó Pedro Ruiz.
Aunque algunos productos ya cuentan con este etiquetado especial y hay empresas que se están sumando a esta iniciativa, según lamentó Alberto Daudén, “el porcentaje de productos preparados para nosotros es mínimo”. Aunque también destacó las mejoras que poco a poco se instauran en la industria alimenticia. “La alimentación va avanzando poquito a poquito”.
La implantación de este etiquetado facilitaría las acciones cotidianas de los ciegos, ya que podrían saber qué están comprando en cada momento. “Con el sistema braille se puede escribir todo tipo de contenido. Son seis puntos que dan mucho juego porque tienen muchas combinaciones. Se pueden conformar todas las letras de nuestro abecedario, números… No se puede transcribir toda la información que está en tinta a braille porque no cabe en los envases. Nosotros asesoramos a las empresas para que puedan abreviar los contenidos de las etiquetas”, explicó la experta de la ONCE.
Preguntados sobre las causas de que esté tan poco implantado sistema braille en la mayoría de los productos de uso común, nos dijeron que “hay varias razones. El tema económico puede influir. "Bajo mi punto de vista hay un gran desconocimiento en cuanto a cómo etiquetar, cómo se puede hacer… se cree que puede ser caro y no lo es”, explicó el secretario técnico.
Este falta de etiquetado fácil para ellos, “nos puede llevar a hacer un café en vez de con leche, con zumo de naranja. A confundir un bote de lentejas con uno de garbanzos… confundir, en definitiva, los envases similares por no tener medios para identificarlos. Cometemos errores por confusión y no tenemos la autonomía que quisiésemos”, explicó la secretaria de la Comisión de Braille Española. Y a veces pueden ser trágicos con determinados productos de limpieza.
Estos errores por no reconocer los productos o alimentos, son muy comunes. “El otro día estuvimos en un supermercado y solo había un producto etiquetado en braille”, informó Pedro Ruiz.
¿Cómo hacen la compra?
Nosotros quisimos ir más allá. Nuestro compañero Alvaro Pardo se fue a hacer la compra con uno de los expertos, invidente, que nos había atendido, para conocer realmente cómo hacen la compra.
“Hay cosas con las que te puedes hacer una idea de qué son, pero juegas al sí o no. Por ejemplo, los embutidos tienen formas muy parecidas. El quid de la cuestión es que nosotros no sabemos lo que compramos”.
En su paseo por el súper, pasaron por la sección de productos de limpieza y tampoco pudo confirmar qué estaba tocando. “Esto es un bote de plástico con un asa. Me recuerda a los productos para limpiar los baños, pero ¿será o no será?” Y no era lo que quería.
Durante el tiempo que estuvo en el supermercado, no encontró más de un producto con el etiquetado braille. “¡Hombre! Atún Calvo, esto ya sé lo que es. Esto si lo llevo a casa, voy a poder poner a mis invitados lo que ya sé que compre. Estás tocando el producto”, comentó.
Por último llegaron al apartado de los dulces y las galletas. “Por el tacto diría que estas son las típicas galletas de vainilla”. Pero no, eran unas pastas de té. De no estar acompañado en ese momento, se habría llevado unas galletas equivocadas. “No me habría llevado las galletas que yo quería. Es muy frustrante”
Algunos supermercados ya ofrecen servicio de acompañamiento para las personas invidentes. Una iniciativa por la que todas las cadenas tendrían que apostar. “Yo solo no voy a ir a un supermercado. Una cosa muy interesante es tener un servicio de acompañamiento. Tu vas con tu lista y ellos te acompañan. Y el braille lo utilizas para poder leer tranquilamente las etiquetas de las galletas que quieres”.
Los productos que más difíciles son de distinguir son los tetrabricks. “Aquí o vas con un servicio de acompañamiento o como ciego total es imposible. Te mueves sobre una inseguridad brutal”, concluyó.