Fabricantes de crispación

Madrid

Ha dicho el escritor Javier Cercas que es una persona diferente, y que es diferente porque el procés le ha hecho ser de otra manera. Pensamos poco en eso porque vamos a toda prisa, pero es así: hay noticias que nos cambian, sobre todo para aquellos que llevan años viviendo, quieran o no, dentro de esa noticia. Estaba Cercas en SER Catalunya y contó: "Lo que ha pasado en Cataluña me ha transformado".

El procés ha cambiado muchas cosas: ha cambiado relaciones personales, el sentido de los votos, el prestigio y la actividad de las instituciones catalanas. Ante el nuevo escenario político, quien es pesimista es José María Aznar. Y eso que hasta hace poco se esperanzaba en que la derecha se uniera a la extrema derecha y no dispersaran el voto. Ahora, Aznar augura la peor crisis que España recuerde si la izquierda pacta. Una crisis devastadora, dijo.

Poco después de que Aznar hiciera sonar las trompetas del apocalipsis, el presidente de la confederación episcopal española, Ricardo Blázquez, fue a recitar unos versículos muy parecidos sobre "la tentación del caos".

Pesimismo en la Iglesia, que engrasa su discurso con el PP. Aznar aparece más que Casado. Aznar habla, de hecho, por Casado. Abascal no deja de hablar. Rearme ideológico: el eje izquierda-derecha vuelve a explicar la escena.

Se prepara una crispación nueva -se fabrica una crispación nueva, hecha de palabras como caos y crisis- y quienes la fabrican, empachados de encuestas, no tienen tan claro como Cercas que hay noticias, hay discursos, que nos cambian, incluso en lo más personal.