Antes que el Gobierno llegará la crispación

Madrid

Esta mañana estamos más cerca del salón de los pasos perdidos, que es el lugar donde a veces un diputado te aparta y te cuenta y otras te aparta para preguntarte si sabes tú algo de lo suyo, si te han dicho en el partido si va en las listas, por ejemplo. Esas cosas pasan en este salón que dicen que se llama así, pasos perdidos, porque no va a ninguna parte y sin embargo llega a cualquier sitio.

Hoy estamos en esas: la operación Nochebuena peligra. El PSOE tiene la mayoría pero Esquerra lleva el reloj. Tal como están las cosas, sabemos antes el clima que hará dentro de 100 años que si habrá gobierno este mismo mes. Sabemos, de momento, que Ferraz ha advertido a sus barones de que no hay otro camino para la investidura, sabemos del sigilo de Iglesias, tan elocuente, sabemos que Quim Torra se ha puesto en plan CDR con Esquerra para que no pacte. Y aprieta.

Sabemos ya la oposición que espera al gobierno si es que este sale. No solo por la que presentará la ultraderecha, tercera fuerza, que lo niega todo: niega el la violencia machista, el cambio climático y niega hasta la Constitución. Sino por Pablo Casado, que vuelve a su antigua forma y recupera a aquel que llamaba felón a Pedro Sánchez. No ha llegado aún a eso pero ensaya el nuevo tono.

Aún no ha empezado la legislatura y, antes de que llegue el gobierno, ha llegado la crispación. Pegado a este salón de los pasos y las legislaturas perdidas está en el Congreso el salón del reloj, que es lo que más inquieta ahora mismo. Tanto que Sánchez descarta volver a votar por tercera vez. Pero el tiempo corre y aquí no tiene el mundo las mismas prisas.