No lo llaméis milagro

Madrid

Nos han salido cosas mal en este país a lo largo de nuestras historia, incluso en la reciente. Pero otras nos han salido bien y muchas tienen que ver con la calidad y operatividad de nuestros servicios públicos. Y sí, también con la ciencia, tan maltratada financieramente, y que da profesionales capaces de hitos médicos como el que hoy ha dado la vuelta al mundo. Probablemente ya conocen la historia. Ella se llama Audrey Mash, es británica, tiene 34 años y le debe la vida a un conjunto de profesionales, bomberos, protección civil y médicos que la rescataron del Pirineo de Girona en parada cardiorespiratoria después de sufrir una gravísima hipotermia, que estuvo en parada seis horas, y que a las seis horas los médicos consiguieron que su corazón volviera a bombear solo. Lo ha resumido mejor que nadie Diego Espiña Barros, profesor español que da clases de literatura comparada en una Universidad de Chicago. Y su resumen es este: No lo llaméis milagro. Es ciencia. Ciencia más grandísimos profesionales de la medicina y de la protección civil en un sistema público que funciona. Por cierto, añade, "si llega a pasar en Estados Unidos, una vez vuelta a la vida es probable que no sobreviviera a la factura".

No hay más preguntas señoría.