¿Por qué jugamos a la Lotería?
Hablamos con una psicóloga, un sociólogo y una economista sobre los motivos que nos llevan a comprar Lotería de Navidad. Porque no todo es la tradición
Madrid
Hace más de 200 años que comenzó a celebrarse el sorteo de Navidad. Cada año, el 22 de diciembre se convierte en una cita casi obligada para la sociedad española. Una cita cargada de magia, de ilusión... y de tradición. Porque la tradición es uno de los motivos que nos lleva a comprar uno, dos, tres o incontables décimos.
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«Vivimos en un país, en una cultura donde jugar a la lotería forma parte de la vida cotidiana, de esas acciones que la gente no lleva a cabo una vez al año, sino día a día», explica Francesc Núñez, doctor en Sociología de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC). «Siempre en la familia, en el vecino, en la tienda, en la farmacia, en cualquier sitio se ofrece lotería porque es algo que forma parte de nuestro proceso».
La envidia, un factor clave
Pero más allá de la tradición, hay otros factores que obligan a nuestro subconsciente a comprar lotería. El primero es la llamada "envidia preventiva": comprar por si acaso le toca al vecino. «Cuando a los demás les toque me voy a quedar fuera, voy a ser el único al que no le va a tocar. De hecho, hay muchas personas que piensan cómo sería ese día si le toca a toda su familia o a sus compañeros de trabajo y a ellas no», afirma Rosana Pereira, psicóloga de la Sociedad Española de Psicología Positiva (SEPP).
Un argumento compartido por Elísabet Ruiz, doctora en economía de la UOC, que añade ese «pensamiento negativo de que va a tocar en la Administración donde siempre se compra». Porque la compra de Lotería también está asociada a un factor emocional, que nos obliga a pensar ,«desde el mismo momento en que compramos el décimo, en todas esas cosas que podríamos hacer en el futuro».
¿Una excusa para mejorar nuestra situación socioeconómica?
Este carácter emocional se ve influido por los propios anuncios de la Lotería, que apelan directamente a la tradición, a la familia, a todo lo que podríamos hacer si ganamos el Gordo. La probabilidad es muy baja, una entre 85.000 (o 0.00001%), pero nuestro cerebro se encarga de maximizar la ilusión.
«Es más probable que actúemos por el contagio social de lo que hacen los demás, que por realmente tomar una decisión basada en un análisis de la probabilidad», indica Pereira. Y esto es lo que ayuda a explicar que incluso las personas con menos recursos se lancen a la compra masiva de Lotería de Navidad.
Y también durante los peores años de crisis, cuando la compra de Lotería siguió aumentando. En estos casos, reconoce Ruiz, «la situación es tan delicada que las personas buscan una solución fuera, dinero relativamente de conseguir. Pero no piensan que las probabilidades son bajísimas». Es decir, como concluye Núñez, «esperar que la Lotería mejore tu situación socioeconómica es un poco insensato. Hay que ser prudente y no querer lo imposible como caído del cielo».
Aún asi, este año los españoles hemos gastado 68.48€ de media, 0.98€ más que el año pasado.