El principio del fin de Amadeo de Saboya
Tal día como hoy de 1870, dos hombres asesinaro al general Juan Prim, principal velador del rey de España
Ser presidente del gobierno español es algo que te puede traer unos cuantos dolores de cabeza, como bien podría atestiguar Pedro Sánchez. Pero el actual presidente se podría consolar echando la vista atrás 149 años, hasta el 27 de diciembre de 1870.
Ese día, el general Juan Prim, presidente del gobierno, estaba bastante satisfecho. Había llegado por fin a España Amadeo de Saboya, el candidato que había conseguido imponer como nuevo ocupante del trono español.
Hacía dos años que la Revolución Gloriosa de 1868 se había llevado por delante a Isabel II, la reina borbona. Después de dos años muy movidos, parecía que Prim estaba consiguiendo la España que quería.
Podemos suponer que ese 27 de septiembre, al salir de su despacho en el Congreso de los Diputados, Prim estaba contento. En la calle de ese Madrid nevado de 1870, le esperaba su carruaje. Pero Prim, en su ascenso al poder, había hecho muchos enemigos. Y ese día, al girar el carruaje en la Calle del Turco de la capital, se encontró con ellos. Dos hombres se situaron a los lados del carruaje, que se había visto obligado a parar, y dispararon sus trabucos contra el general. El cochero consiguió volver a poner el carruaje en circulación, y llevó al general a sus aposentos. Nada se pudo hacer para salvarle la vida. Dos días después, murió.
Si pésimo fue el 27 de diciembre para el general Prim, también fue el principio del fin del reino de Amadeo de Saboya.
Cuando llegó a Madrid, su valedor ya estaba muerto y con él, las esperanzas de Amadeo de tener a alguien que lo protegiese de las múltiples facciones que dividían España.