Los dos errores que persiguieron a Churchill hasta su muerte
Este jueves, 24 de enero, se cumplirán 55 años de la muerte de Winston Churchill
Madrid
Este jueves, 24 de enero, se cumplirán 55 años de la muerte de Winston Churchill y Javier Traité ha estado en ‘Hoy por Hoy’ contándonos otras partes de la historia del presidente británico no tan conocidas.
Churchill nació en 1874 y estuvo medio siglo en la primera línea de la política británica. Todo ese tiempo da margen para muchos éxitos, pero también para muchos errores y muchas sombras, que para el público general suelen quedar olvidados o poco conocidos bajo el relumbrón de la Segunda Guerra Mundial.
Su papel en la Primera Guerra Mundial
Churchill tuvo un papel también durante la I Guerra Mundial. En aquel momento era Primer Lord del Almirantazgo, que así grosso modo, vendría a ser el jefe de la marina británica. Y en 1914 estaban en una situación complicada: en el frente occidental, británicos, franceses y belgas estaban sumidos ya en una guerra de trincheras. Los imperios centrales habían cortado las comunicaciones con Rusia.
Para acabar de liarlo, el Imperio Otomano, en Turquía, cerró los estrechos de los Dardanelos y del Bósforo, y atacó al imperio ruso. Churchill planteó entonces una arriesgada operación: el bombardeo naval de las baterías otomanas emplazadas en el estrecho, y un posterior desembarco en la península, que obligara a desviar tropas del frente ruso hacia Turquía, y debilitara al enemigo por el sur.
Churchill lo describió luego como “un cúmulo de terribles suposiciones”. Para empezar, varios buques británicos se hundieron durante el bombardeo al topar con minas sumergidas. A los submarinos no les iba mucho mejor. El apoyo aéreo tampoco sirvió de mucho, porque hizo mal tiempo, que fue otra causa de retraso de la invasión, dando tiempo a los otomanos para preparar la defensa.
Cuando se pusieron a desembarcar, los británicos quedaron atrapados en las playas, incapaces de avanzar. El saldo de la batalla de los Dardanelos, o Galípoli, como se la llama en Inglaterra, fueron unas 270.000 bajas.
Los otomanos perdieron más de 200.000 soldados, pero ellos se resistían, y su general Mustafa Kemal, se convirtió en héroe nacional. Luego se le conocería como Atatürk, primer presidente de la República De Turquía. Churchill, en cambio, se vio obligado a dimitir, y el episodio le perseguiría toda su vida.
Despreocupado de las colonias británicas
También persiguió a Churchill durante toda su vida la hambruna de Bengala. Las hambrunas en la India, bajo el protectorado británico, fueron frecuentes. Los británicos no se preocupaban mucho del bienestar de sus colonias, durante el XIX hubo una que se llevó a 2 millones de indios. Pero en 1942, los británicos habían perdido la batalla de Singapur, y Japón había invadido Birmania, el mayor exportador de arroz del momento.
Entonces, las autoridades británicas empezaron a tomar (malas) decisiones. Una detrás de otra: requisaron barcos y vehículos a pequeños agricultores, propiciaron política de tierra quemada, y exigieron que se siguiera enviando grano al frente de guerra. Cuando se le dijo a Churchill que estaban entrando en hambruna, este dijo que si eso fuera cierto ya se habría muerto Gandhi, y lo que hizo fue aumentar la carga impositiva: más exportación, y reconversión de la industria india de cara a la guerra
A Churchill no le importó mucho y todo apunta a que en 1943 no había en Bengala una escasez general de arroz, todos habrían podido comer incluso con las exportaciones. Lo que no podían era pagarlo, porque ante los rumores de escasez, los especuladores se dedicaron a almacenar arroz y venderlo a precio de oro. 1,5 y 2 millones de indios muertos de inanición, o derivados.
En resumen: los grandes personajes siempre tienen sombras. Y cuanto más te los glorifican, más sombras esconden.