Mentes criminales

Madrid

Con el enorme éxito de 'FBI contra el imperio del crimen' (FBI Story), en 1959 James Stewart no solo cerró una década de actuaciones memorables no superada en la historia de Hollywood; también contribuyó a sembrar las siglas FBI en todo el mundo, hasta superar en reconocimiento a ONU desde los años ochenta. Sus protocolos de funcionamiento se confunden con frecuencia con los propios de cada país. Salas con paredes con cristal unidireccional, derechos legales, interrogatorios, son aspectos ajenos a nuestra sociedad, repleta en la ficción de agentes especiales en la oleada de series actual.

Al FBI se debe en cambio la creación de los abundantes perfiles criminales que sueltan nuestras pantallas. Andrés Sotoca y Juan Enrique Soto no coincidían hacía tiempo. "Cuando salga esto empezarán a llamarnos de otros medios. Ya nos ha pasado". Comparten estudios, psicología, y trabajo, son las cabezas visibles de la decena de personas que en España hacen perfiles de mentes criminales. Uno lo hace desde la Guardia Civil y el otro desde la Policía. Juan Enrique llegó a conocer al legendario autor de “el que lucha con monstruos”, el best-seller de la criminología psicológica, cuyo título se inspira en una cita de Nietzsche: "los que luchan contra monstruos deben cuidarse de no acabar convertidos en uno de ellos".

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Por primera vez se emplea el término “Serial killer” porque su autor, Robert Ressler, era un gran aficionado a las teleseries, y es una de las personas reales que inspira la serie actual Mindhunter. Un estudio llevado a cabo por la Academia Estadounidense de Pediatría hace pocos años, descubrió que a los 18, un joven actual ha visto de media 200.000 actos de violencia en la televisión. Muchos están protagonizados por asesinos seriales. "Son muy raros. En España detectamos uno cada cinco años más o menos", apunta Andrés, que nos sugiere dar un vistazo a este video. La visión que ofrece la pantalla ha aumentado la atracción por la criminología entre los jóvenes. La profesora Lucía Halty, del área de criminología de la Universidad Pontificia de Comillas, valora los riesgos de una cultura popular sensacionalista, y sienta a Isabel Bolaños con un grupo de estudiantes del primer curso.