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¿Es intencionado que el Museo del Prado ignore a las mujeres?

Apenas 11 de las obras que se exponen en El Prado están firmadas por mujeres. Pedro H. Riaño analiza este hecho en su libro 'Las invisibles'

¿Es intencionado que el Museo del Prado ignore a las mujeres?

¿Es intencionado que el Museo del Prado ignore a las mujeres? / Cadena SER

Madrid

Olympe de Gouges fue una escritora y dramaturga francesa que participó activamente en la revolución. Fue la autora de la ‘Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana’ bajo la premisa de que, si una mujer podía subir al cadalso, también podía hacerlo a la tribuna. Fue guillotinada en 1793. Su nombre ha sido invisibilizado hasta que hace poco tiempo ha empezado a reivindicarse.

Y es que las mujeres han sido muchas veces invisibilizadas por la historia y desterradas a conciencia de esta. También de la historia del arte. Y la prueba está en los propios museos. El más representativo de nuestro país y una de las pinacotecas más importantes del mundo es, sin lugar a dudas, el Museo del Prado. Pues bien, entre las 1.700 obras que cuelgan de sus paredes, apenas once son de mujeres. Y firmadas solo por cinco artistas.

¿Por qué el Museo del Prado ignora a las mujeres? Esta es la pregunta que se ha hecho Peio H. Riaño, licenciado en historia del arte y periodista de ‘El País’. Recientemente, con este subtítulo, ha publicado el libro ‘Las invisibles’. Mediante el mismo trata de comprender por qué, 200 años después de su inauguración, El Prado sigue siendo una institución que silencia a la mujer artista.

"La mujer ha sido expulsada de la historia del arte"

Peio H. Riaño / Néstor Báez

Peio H. Riaño ha visitado Ventana para contestarnos a esta pregunta. “Es una construcción”, nos dice, y es que un museo no es otra cosa que un relato, una forma de contar las cosas. “Un museo no es un evento que se genera por combustión espontanea” añade para que tengamos en cuenta que lo que ahí se expone parte de una serie de decisiones muy cuidadas y calculadas.

“Esa ideología con la que se fundó el museo no se han alterado ni reconsiderado”, explica Riaño. Y es que ha día de hoy siguen siendo los mismos valores, casi sin alterarse, los que deciden el rumbo de El Prado. A día de hoy se siguen adquiriendo obras para la colección del museo, más de 120 en los últimos 10 años. De esos 120 tan solo 3 están firmados por mujeres y su valor, en conjunto, no pasa de los 70.000€. Ese es el presupuesto que El Prado ha dedicado a artistas femeninas en la última década.

Y es cierto que, en el pasado, como nos ha explicado Miquel del Pozo, “a las mujeres no se les daba la oportunidad de existir como artistas”. Pero el problema es que a las que sí que hubo tampoco se las está atendiendo, como Rosario de Weiss, que fue discípula de Goya.

“Están intentando rectificar”, nos cuenta Riaño refiriéndose al Museo del Prado. Y es que a finales de marzo inauguran una exposición que lleva por título ‘Invitadas’, que estará realizada principalmente con fondos del propio museo. Está llamada a ser, según nuestro invitado: “La primera gran exposición autocrítica del Museo”.

Nos habla de que “el problema real del museo es que no es un aparato neutro”, ya que lo que vemos expuesto en sus salas “es también ideología y política”. Aclara de que en ningún caso cree que haya que retirar ninguna obra de la exposición permanente, sino que estas se contextualicen.

Ni la violación ni la prostitución existen en El Prado

El Cid / ©Museo Nacional del Prado

En el libro dice que la palabra ‘violación’ está prohibida en el museo, a pesar de que cuelguen de sus paredes decenas de escenas que representan tal acción: “La palabra violación se evita”. Y para muestra uno de los cuadros que se exponen, ‘Las hijas del Cid’. En la cartela de la sala se dice que fueron “mancilladas” y no violadas, a pesar de que en la pintura sea bastante evidente.

“Es un museo del XIX, gestionado por gente del XX, para un público del XXI”, se queja Riaño. Y para dar muestra de esto nos ha hablado de la obra de Rosa Bonheur ‘El Cid’, “que recientemente ha ascendido al cielo desde los sótanos”. Este cuadro “no ha sido medido con el criterio histórico que merecía”, ya que su autora tuvo mucho reconocimiento a lo largo de su vida, pero “fue la historia del arte la que la hundió”. Y esos ecos llegaron hasta el Museo del Prado, que no rectificó hasta el año 2016 después de la presión social. Un museo que, según Riaño, “está viviendo un momento único en el que su autoridad está siendo cuestionada por el público al que se dirigen”.

¿Y qué ocurre en el resto del mundo? Pues algo bastante parecido. Explica nuestro invitado que “la National Gallery y el Louvre tienen el mismo problema de no contar con el relato de las mujeres”. Y es que la colección de la National Gallery, compuesta por 2.300 obras, cuenta con solo 20 firmados por mujeres, de los que solo 4 están expuestos. En el Louvre se exhiben obras de 21 artistas mujeres que, entre dibujos y pinturas suman 61 piezas, no todas ellas expuestas.

 
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