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Jacinta, la campesina poetisa que apenas sabe leer y escribir

Jacinta Ortiz Mesa firma como "La Campesina", la apodan 'La Tilli', es de Huétor Tájar (Granada), tiene 80 años, ya ha publicado tres libros y apenas sabe leer y escribir.

Jacinta, la campesina y poetisa que apenas sabe leer y escribir

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Huétor Tájar

La fama o en versión más dosificada y doméstica, la popularidad, llega en ocasiones de forma inesperada y por caminos no previstos.

Jacinta Ortiz Mesa, conocida por el apodo de 'La Tilli', 80 años, campesina de Huétor Tájar (Granada) comenzó a jugar con las rimas mientras faenaba en las plantaciones y publicó sus primeros libros de poesía sin saber leer ni escribir. Su historia ha sido recogida por decenas de periódicos, ha recitado por televisiones y emisoras de radio, ha participado en recitales, su labor ha sido reconocida con una biblioteca escolar y tendrá el honor de ver su nombre en una calle de su pueblo.

Jacinta nació en una choza de juncos en el barranco de La Loba cuando su padre Francisco ya había muerto. Su madre, Isabel, viuda con 28 años y cinco hijos, los sacó adelante como pudo; pidiendo por los cortijos y trabajando en lo que salía. A los seis años, Jacinta ya cuidaba la yunta de vacas y atendía a los pocos animales que tenían. Pocos años después, la madre buscó un maestro que enseñara a los hijos varones. La madre y el hermano mayor, cabezas de familia, dijeron: "La niña no, que luego na más es pa escribirle al novio".

Para conocer novio todavía faltaban unos años. Con Salvador, su futuro marido, habló por primera vez en una fiesta del "farfolleo". Las gentes de aquellos cerros se reunían una vez al año para quitar las hojas a las panochas de maíz. Esas hojas, esa farfolla, el relleno de los colchones donde dormían. Las parejas de enamorados de los barrancos que daban a la llanura fértil del Genil se comunicaban haciendo montoncitos de piedra por los caminos y fuentes. Los que sabían escribir, dejaban un papelito debajo de las piedras. Pero Jacinta no sabía leer ni escribir.

Hay más historias en la vida de Jacinta, como la de cómo logró sacarse en el carné de conducir

Hay más historias en la vida de Jacinta, como la de cómo logró sacarse en el carné de conducir / Severino Donate

Un día, después de algunos "noes", la familia dio permiso para que Salvador entrara al fondo de la choza para sentarse con Jacinta. Aquellas conversaciones, vigiladas por la madre y los hermanos, acabaron en boda. Jacinta estuvo segando a hoz durante un mes para pagar la lana con que rellenar el colchón de recién casada. Compró lana negra, más barata, porque el dinero no le daba.

En pocos años de mucho trabajo, Jacinta y Salvador consiguieron cambiar los juncos de la choza por tejas, compraron bestias y empezaron a soñar. Pero Salvador murió a los 13 años de matrimonio y Jacinta quedó viuda con cinco hijos, como su madre.

Jacinta los sacó adelante trabajando en el campo, "en un finquilla pequeña y mala, pero donde podía tener mi cabra, mi cochino, mi gallina. Y mis hijos falta de comida no han pasado. Han pasado falta de ropa, de juguetes., de eso nada". Jacinta recuerda la primera vez que sus hijos pudieron comer "danones", cuando la hija mayor se iba casa. Lo recogió en un poema de su primer libro, "La Campesina".

La vida de Jacinta cambió cuando bajó del barranco y arrendó una finca en el llano que tanto envidiaba. Y con los años llegó a tener trabajando a su cargo hasta quince y veinte personas.

Hay más historias en la vida de Jacinta, como la de cómo logró sacarse en el carné de conducir. Aprobó el teórico a la primera haciendo cruces, "Un milagro de dios", pero suspendió el práctico hasta 24 veces. No se rindió. Su primer coche fue un SEAT 850. Ha llevado tractores y aun sigue conduciendo. También está la historia de su romance con un marqués a los 77 años, versada en su segundo libro, 'La Campesina y el marqués'.

Jacinta Ortiz Mesa, la campesina, acaba de publicar 38 cuentos recogidos en 'Cuentos y fábulas de la Campesina', sigue aprendiendo en la escuela de mayores y escribe cada día.

Severino Donate

Severino Donate

Llegó a la SER en 1989. Ahora hace reportajes.

 
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