Palabras divinas
La palabra 'pánico' tiene su origen en el dios griego Pan y como ésta, muchas otras palabras de nuestra lengua esconden en su etimología nombres de dioses griegos y romanos
Palabras divinas
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Madrid
Seguramente el primer humano que salió de la caverna y se encontró con una fiera, sintió pánico. Pero fueron los griegos los que pusieron nombre a este miedo, en honor a un dios terrible, Pan, el dios de los rebaños y pastores, a los que asustaba con sus gritos y ruidos cuando estaban en los bosques.
Podríamos decir que es una palabra divina, pero en nuestra lengua tenemos muchas otras palabras que suenan divinamente.
Algunas están relacionadas con el sexo, como “erótico” del dios Eros, “afrodisíaco” de Afrodita, o como “bacanal” y “dionisíaco” de Baco y Dioniso, que hoy en día serían los dioses del botellón.
Otras palabras divinas las encontramos en la Tierra, como “cereal” de la diosa Ceres, “geografía” de Gea, “fauna”, nombre de la diosa romana de la fertilidad, “flor” de Flora o “volcán” de Vulcano.
A algunos dioses les hemos metido incluso en las Academias y “ateneos”. Otros nos ayudan a dormir, como Morfeo con la “morfina,”. Gracias al dios Cronos medimos el tiempo con “cronómetros”. Cuando juntamos a Hermes y a Afrodita, nace “hermafrodita”, y, aunque no sea un dios, la mitología está hasta en el deporte, porque el temible perro guardián de los infiernos, el cancerbero, es hoy el guardián de las porterías en el fútbol.
Algunos son tan cotidianos que hasta los tenemos presentes en los días de la semana: el martes, viene del dios Marte, miércoles de Mercurio; jueves de Júpiter, viernes, Venus y sábado de Saturno. Y los nombres de los planetas también tienen su origen en la mitología griega y romana.
Seguramente, muchos asociéis pánico con pandemia, pero ésta no tiene nada que ver con el temible dios Pan. Viene del griego “pan”, que significa “todo”, y “demos”, pueblo, y, por tanto, una pandemia es algo “que afecta a todo el pueblo”. Si con suerte, una enfermedad no llega a extenderse tanto, lo llamamos “epidemia”, que literalmente es “lo que se queda en una población”.
Esperemos que el pánico no siga aumentando con la extensión de la pandemia, algo a lo que ni el dios griego Zeus, el dios de los cristianos o el de los musulmanes, Alá, pueden ayudarnos. En nuestras manos está que paremos el contagio, así que ojalá digamos pronto adiós al coronavirus. Quedaríamos como dioses.
