La singularidad española ante la cuarentena
Repasamos la actualidad informativa con Íñigo Domínguez, Mathieu de Taillac y Hans-Günter Kellner
El cine París de Berlín (Alemania), cerrado por la cris del coronavirus, ha cabiado el mensaje de su cartel: "Nos volveremos a ver - Manteneos sanos". / OMER MESSINGER (EFE)
Madrid
Continúa la cuarentena y nuestros corresponsales de ida y vuelta nos ayudan a ampliar la mirada para fijarnos en otros países de nuestro entorno y en las repercusiones de esta crisis biológica.
Íñigo Domínguez fue corresponsal en Roma durante 15 años, ahora le leemos en El País; Mathieu de Taillac informa desde nuestro país para el diario Le Figaró, Radio France y otros medios franceses; y Hans-Günter Kellner es corresponsal en España de la radio pública alemana Deutschlandfunk.
¿Por qué Alemania, con más de 17.000 infectados, al contrario que otros países con similares cifras de contagio, no alcanza el medio centenar de fallecidos? ¿Se están tomando en serio nuestros vecinos franceses las medidas de confinamiento? ¿A qué aspectos de nuestro día a día está afectando también el COVID-19? ¿Está la clase política española a la altura de las circusntancias?
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La singularidad española ante la cuarentena
Los tres periodistas reflexionan, en este sentido, sobre la singularidad del ciudadano español ante las medidas impuestas por el estado de alarma. "España es un país en el que nadie se mete en la vida de los demás, y quizás es un momento para hacerlo más", apunta nuestro corresponsal alemán. Difiere el corresponal galo: "En España tenéis cierta tendencia a decirle al vecino qué te molesta de su compartamiento y hay que aprovecharlo: hay que meterse más en el comportamiento ajeno". Y es que De Taillac cree fundamental seguir observando que todos cumplimos la excepcionalidad de esta situación.
Aprovechamos la tertulia para acordarnos de nuestra compañera Ana Fuentes, que esta mañana publica un artículo en El País para despedirse de su padre, que se contagió de coronavirus en el hospital y falleció este viernes.
Estaba viviendo esta pandemia de manera virtual, siguiendo la evolución de los datos desde mi ordenador. Hasta que hace una semana me estalló en la cara y todo se volvió real: mi padre dio positivo. Se lo contagiaron en el hospital cuando estaba a punto de recibir el alta por otro achaque. Murió ayer. No pude despedirme de él.
