Todos a prueba
Ahora es cuando nuestra capacidad de resistencia, nuestra fibra ciudadana y la altura de nuestros políticos se pone a prueba de verdad.
Madrid
Ya está aquí la peor cara de la epidemia, la que nos ahoga en datos malos y apenas nos deja vislumbrar que saldremos, porque sí, saldremos, eso es seguro. Pero hoy, este lunes 23 de marzo toca llorar con quienes han perdido a los suyos y no los pueden enterrar, toca abrazar en la distancia a los que tienen a los suyos en el hospital y no los pueden ver. Está siendo la peor jornada de la epidemia hasta ahora con 464 muertos en un día. Dos noticias juntas han puesto etiqueta al horror que vivimos: el ejército encontrando cadáveres en residencias de ancianos y el Palacio de Hielo de Madrid convertido en morgue porque ya no dan abasto los servicios municipales. Y ahora es cuando nuestra capacidad de resistencia, nuestra fibra ciudadana y la altura de nuestros políticos se pone a prueba de verdad. En su discurso de ayer el presidente del gobierno dijo algo poco usual. Estamos ante una situación tan diferente a todo lo conocido que Sánchez reconoció los límites de la acción política.
No hay varitas mágicas, vino a decir. A él le toca hacer llegar a los buenísimos profesionales el material que necesitan. A él le toca que se hagan las pruebas, cuantas más, mejor. A los demás nos toca apretar los dientes, cuidarnos y cuidar de los mayores. Solo un detalle para la esperanza: en Italia, tímidamente, los datos son un pelín menos horrorosos que ayer y antes de ayer.
