Política inhumana

Madrid

La sensación de irrealidad que todos tenemos estos días se choca de bruces con los datos que marcan jornadas negras como esta: más de diez mil muertos, eso es lo principal. Y 900.000 empleos destruidos en 15 días, lo que anticipa el panorama que tenemos por delante. Empiezan a faltar adjetivos para describir la hondura de lo que nos está pasando y sólo nos queda la incógnita de cuánto tiempo tardaremos en recuperarnos, en función de lo que tardemos en superar esta fase de emergencia. Porque estamos en una emergencia, una emergencia gravísima, inédita y que ha puesto nuestro mundo del revés y a todo el planeta del revés y para la que faltan experiencias previas.

Es una emergencia que no suspende nuestra democracia, aunque limite algunos de nuestros derechos. Por eso se puede, se debe y criticamos al gobierno cuando se equivoca o comete torpezas evitables. Ya sabemos que gestionar en este momento es improvisar, pero eso no lo justifica todo. Y a la oposición hay que darle ocasión de aportar, si tiene, ideas o alternativas. Ideas o alternativas de acción, la propaganda la dejamos para después de esta tragedia. Estamos a la espera de que la Comunidad Madrid actualice -porque lleva una semana sin hacerlo- las cifras de mayores muertos en residencias en esta comunidad. Dice la presidenta Ayuso que es difícil.

Por eso, es del todo inaudito que se utilice este momento durísimo para saldar deudas políticas o combatir cada día al gobierno con cualquier argumento, como está haciendo un sector de la oposición. Hoy Casado ha vuelto a hablar de Venezuela ¡De Venezuela! Hoy, cuando la pandemia ha certificado su poder destructor de empleo. Es inaudito e inhumano sembrar gratuitamente más inseguridad entre una población confinada, asustada y que tiene, literalmente, su vida, su bolsa y su libertad o en manos del virus o en manos del gobierno. A elegir.