"Entre volver a España o rescatar la patera lo tuvimos claro: giramos rumbo sur a velocidad de crucero"
La ONG Salvamento Marítimo Humanitario cuenta en La Ventana cómo está embarcando a 47 inmigrantes a la deriva ante el riesgo de hundimiento de su patera en aguas del Mediterráneo y la inacción de Malta
"Entre volver a España o rescatar la patera lo tuvimos claro: giramos rumbo sur a velocidad de crucero"
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Madrid
El Aita Mari, antiguo pesquero vasco reconvertido en barco de rescate de la ONG guipuzcoana, Salvamento Marítimo Humanitario, ha comenzado a embarcar a los inmigrantes, ante el riesgo de hundimiento de la embarcación, donde se había abierto una vía de agua. ‘Mis compañeros están realizando ahora mismo esas labores’, ha contado en La Ventana el vicepresidente de la ONG, Iñigo Gutiérrez, que ha mantenido contacto telefónico con el barco hace unos minutos.
‘Cuando llegamos a ellos había seis personas desvanecidas por deshidratación severa, un menor y una mujer embarazada. Hemos bajado con la Zodiac y les hemos repartido agua, comida y chalecos salvavidas’. El Aita Mari llevaba horas intentando obtener una respuesta de las autoridades maltesas a su petición de ayuda, pero nadie les autorizaba ni a embarcar a los inmigrantes ni a trasladarlos a un puerto seguro, hasta que se ha producido esta situación de urgencia.
El barco de rescate regresaba a España tras dos meses parado en el puerto de Siracusa. La crisis del coronavirus y el cierre de fronteras les pilló en aguas italianas y desde entonces las autoridades del país les impedían zarpar para continuar con sus labores de rescate en el Mediterráneo.
Finalmente, ayer obtuvieron permiso para regresar al puerto de Pasajes. ‘Lo hacíamos con la tripulación mínima de navegación, siete marineros y un cocinero. Sin personal sanitario ni de rescate porque se trataba de regresar a puerto español, no de una operación’, ha relatado Iñigo Gutiérrez.
Sin embargo, y a las pocas horas de travesía, recibieron avisos de auxilio procedentes de una patera con 47 inmigrantes a bordo, que llevaba cuatro días a la deriva. Esos avisos llegan a todas las embarcaciones a través de la red de alerta Alarm Phone. Sin embargo, nadie acudió al rescate pese a que la embarcación se encontraba a unas 53 millas náuticas de Malta, en aguas de su responsabilidad.
‘Entre continuar rumbo oeste para llegar a España y acudir al rescate, lo tuvimos claro. Giramos al sur, pusimos velocidad de crucero y llegamos hasta la patera’. El Aita Mari llegó en algo más de seis horas, alterando su rumbo, cuando el rescate desde Malta se podría haber realizado en menos de dos dada la distancia a la costa.
‘Prácticamente ni nos cogían el teléfono. Ahora dicen que sí que podemos embarcarlos provisionalmente y que se va a desplazar un helicóptero italiano con un médico a bordo para prestarles asistencia sanitaria’. El Aita Mari no sabe aún cuál será el desenlace final de la historia ni cuánto tendrán que esperar los inmigrantes a ser rescatados y llevados finalmente a tierra.
Una situación nada nueva en los rescates en el Mediterráneo y en la que se ha cruzado también la crisis del coronavirus.