Hoy por HoyHoy por Hoy
Actualidad
Coronavirus Covid-19

La otra curva del coronavirus que no para de crecer

Sólo en Madrid, se triplican las peticiones de ayuda a Cáritas, la mayoría de comida. La ONG trabaja en una respuesta "a largo plazo" no solo en comedores, sino también en economatos donde las familias solo pagan el 20 por ciento del valor de su carro de la compra

El 40 por ciento de los que han acudido a Cáritas en abril son usuarios que nunca habían demandado su ayuda, un indicador que preocupa a las dirigentes de la organización

La pobreza, la otra curva del coronavirus que no para de crece

La pobreza, la otra curva del coronavirus que no para de crece

08:07

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1588229500_279661/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Madrid

Hay otras consecuencias del coronavirus que siguen avanzando aún más rápido que la enfermedad, dibujando otra curva que sigue creciendo de manera preocupante. Son las secuelas sociales, las económicas, las que están dejando y dejarán una herida a largo plazo en muchas familias , que directamente se han quedado sin los ingresos para alimentar a sus hijos o para poder pagar sus gastos esenciales como un alquiler, el gas o la luz.

Más información

Lejos de los focos de los supuestos estrategas políticos, sepultados bajo los ejes que dominan la supuesta actualidad, (ya saben, toneladas de declaraciones y escenografías, de las que quizás nos ocupamos demasiado los medios), están los rostros, las voces y los nombres de la pobreza que ya estaba entre nosotros antes del coronavirus y que ahora no paran de multiplicarse por el parón en seco de sus precarias economías. Debajo de tantas palabras sin sustento, de tanto griterío partidista, se encuentran las consecuencias reales que está dejando esta pandemia.

Más de 220 familias dependen de este particular supermercado ubicado en el norte de al capital madrileña

“Mi nombre es Rosa, vengo a este economato porque a raíz de mi enfermad, comencé con el cáncer desde 2014, tuve que retirarme del trabajo y me quedé sin amparo, pero me acerqué a la iglesia de San Federico y me han ayudado mucho, también la ayuda moral, que es muy importante”, destaca esta madre y abuela , una de las usuarias de un supermercado muy especial, el economato que Cáritas tiene para "dar una respuesta más digna a muchas familias" en la madrileña calle Bravo Murillo. Suena el escáner de las cajas, hay colas, como en todos los comercios de alimentación, aunque han tenido que organizar por turnos las compras de estas familias con necesidades para tratar de facilitar su confinamiento.

La de Rosa es una de las más de 220 familias que acuden este recurso, mucho menos conocido que los comedores sociales de Cáritas, que permite a a los usuarios poder subsistir eligiendo y adquiriendo directamente todos los productos su cesta de la compra. Cáritas Madrid, que ha visto como se ha triplicado la petición de ayuda básica, sobre todo de comida, desde la irrupción del coronavirus, creó este economato en el centro de Madrid hace más de 6 años. Aquí, la mayoría de las familias que acuden ya intentaba desde antes de esta pandemia sobrevivir a la pobreza, como el caso de Rosa , pero sus problemas para sobrevivir sin apenas ingresos se están agudizando precisamente por el parón económico. 

“Me tuvieron en aislamiento y pensé que era por el corona”

Medinilla atiende a un usuario / Nicolás Castellano

Aunque la media de permanencia en este programa de la ONG es de 5 meses, Rosa es una de las usuarias más veteranas de este economato. Lleva más de dos años recibiendo esta ayuda desde que acudió a su parroquia, paso previo necesario para que después de ser evaluada su situación sea derivada a este recurso. Convive con la pobreza y con el cáncer que se le reproduce cíclicamente desde 2014 y que le dejó sin trabajo. Hace sólo unos días ha vuelto a llevarse un susto “llegué a estar ingresada el día 13, me tuvieron en aislamiento 7 días, me asusté porque pensaba que tenia el coronavirus, pero afortunadamente no”, respira aliviada.

Todas las mujeres, que son el 99 por ciento de las usuarios habituales, con las que nos vamos encontrando están muy agradecidas a todo el personal de Cáritas, incluso en este contexto tan complicado, “seguimos recibiendo mucho apoyo, les estamos muy agradecidas al personal” insiste Rosa. Esta madre de 4 hijos y abuela de 5 nietos, está pasando el confinamiento con 7 miembros de su familia. Su hija, que está parada por un ERTE de la pastelería en la que trabajaba, es la única que traía ingresos a casa además de la pequeña pensión que tiene ella.

"Si no fuera por esta ayuda sería muy complicado que yo pudiera subsistir, y más con mi enfermedad. El Padre me ha ayudado mucho con las recetas o el pago de la luz” detalla esta abuela que por encima de todo tiene “muchas ganas de vivir, a pesar de que he tenido 15 ganglios afectados o que ahora estoy más floja”. Lo que espera es que este aumento de la solidaridad que se está viviendo en nuestra sociedad se quede “a pesar de que se vaya el coronavirus”.

Las cuentas imposibles para sostener a una familia con poco más de 700 euros

Otra madre de 3 pequeños entra con su carro, el ritmo es incesante desde que se abren las puertas a las diez de la mañana. Hace 5 meses que se ha visto en la necesidad de acudir a este particular supermercado, después de 20 años en España, y de una pérdida progresiva de ingresos. Ella es la única que trabaja, pero de manera precaria, muy pocas horas, en el sector de la limpieza, es lo que se denomina técnicamente una trabajadora pobre. "edí el economato porque en realidad lo necesito para mi familia numerosa”, explica. Su marido se quedó en situación irregular y no puede ser contratado.

Mangy, que trabajaba como comercial hasta la irrupción del coronavirus , está ayudando por primera vez como voluntaria en este recurso de Cáritas / Nicolás Castellano

“Cobro 760 euros al mes, trabajo solo 5 horas al día y no me da para alimentar a 5 personas. De alquiler pago 550 euros, 200 de luz, más agua 60 y más el gas. De hecho, corté el gas y me pasé a la bombona porque no me llegaba el dinero y sin el economato sería imposible subsistir “ a lo que añade que vive endeudada y tirando siempre de la tarjeta de crédito. "El banco me sigue prestando, pero yo acabo el mes gastando más de lo que poco que ingreso", añade.

Muchas preguntan en el mostrador de la entrada cuando les toca poder volver a comprar porque ahora por el coronavirus se han fijado calendario de acceso cada 15 días. Como otra señora vestida de negro, que bordea ya la edad de jubilación, que al terminar su compra nos cuenta que malvive sin ningún tipo de ingreso desde que perdió la ayuda de la renta mínima de inserción, la REMI, hace más de un año. Vive junto a su marido, y cuenta que casi absolutamente, depende de la comida que puede adquirir del economato. “De no ser por la comida del economato y la ayuda de la parroquia no podríamos sobrevivir. Tenemos retrasados recibos de alquiler, de agua, de gas, de comunidad y es Cáritas la que me ayuda con la luz y el gas con 250 euros desde hace tres meses. Mi trabajadora social sabe todo esto , vivo en una casa del IVIMA( el Instituto de la vivienda de Madrid”, continua. Es un perfil que se repite, aquí la mayoría ya luchaba contra la pobreza desde hacía ya tiempo.

El 40 por ciento de las peticiones de ayuda procede de usuarios que nunca habían acudido a Cáritas

Las peticiones de ayuda en Cáritas Madrid se han triplicado en abril. Pero lo más llamativo es que el 40 por ciento de esas peticiones procede de usuarios que nunca lo habían necesitado antes y que acuden por primera vez a parroquias, comedores o a este economato. No obstante, en el caso de estos supermercados sociales, ese aumento de las peticiones está siendo más moderado.

Mangy se enteró de la posibilidad de colaborar con Cáritas a través de una cuenta de Instagram . Afirma que seguirá colaborando después de la pandemia / Nicolás Castellano

“Aquí lo que hacemos es recibir a las familias que nos mandan 13 parroquias de la zona de Tetuán. Cáritas subvenciona el 80 por ciento del precio de los productos, es decir, la familia ve aquí precios normales pero paga solo el 20 por ciento de lo que cuesta cada producto. La familia hace la compra con un saldo que la parroquia ha decidido según las necesidades de cada uno o el número de miembros que forman las familias y demás “, explica de carrerilla María José Medinilla, una de las más veteranas y resolutivas voluntarias de este “Economato Cáritas Mutiplica” , situado en el barrio de Tetuán, y a tiro de pierda de las icónicas torres Kio.

María José cree que este modelo responde adecuadamente al perfil de estas familias, "tenemos todos los suministros fundamentales, no todas las marcas pero mucha variedad y precios ajustados a la zona. Sí que hay productos estrella claro, pero pueden llevarse de todo. Creo que es darle dignidad, no es coge una bolsa que yo te he montado. Ellas y ellos llegan y eligen cada uno delos productos, desde Cola Cao a lentejas o anillas de calamar, como si fueran a un supermercado cualquiera” defiende.

“Aquí viene gente con muy pocos recursos, con un trabajo poco estable , pero que suele tener algún ingreso , algunos con pensiones cortas e incluso otros con renta mínima”

El perfil de los usuarios “no ha cambiado tanto con la irrupción del coronavirus” dice Medinilla, pero sí han notado que cada vez más gente acude a la puerta a preguntar cómo podrían acceder a esa ayuda, y ellas los remiten a su parroquia correspondiente donde evaluarán sus necesidades antes de decidir si pueden acceder o no a este recurso. "Aquí viene gente con muy pocos recursos, con un trabajo poco estable , pero que suele tener algún ingreso , algunos con pensiones cortas e incluso otros con renta mínima” añade .

“Tenemos capacidad para atender hasta a 230 familias con comodidad y ahora estamos con 226, estamos alcanzado el tope. Pero a la mayoría de las familias ya las conocíamos, porque llevaban un tiempo. Aquí una familia suele estar normalmente 5 meses y lo que tratamos es que vayan encontrando una salida y así la parroquia va dando la posibilidad a otra familia", añade Medinilla, que subraya que lo largo del año, aquí se ayuda con los víveres necesarios a unas 2000 personas, de manera más o permanente.

Voluntaria por primera vez y por instagram

Lo que sí les está trayendo ahora el coronavirus a este economato de Cáritas es un nuevo perfil de voluntarios, mucho más jóvenes y sin experiencia previa en estas labores. "Tengo 35 años, nunca había sido voluntaria, por motivos de trabajo, porque tenemos muchas ocupaciones, siempre lo tenía en mente y no me decidía. A raíz de todo esto de la COVID 19, pues a través de instagram, me saltó una publicidad de Cáritas, que necesitaban gente y demás, y me puse en contacto y a través de correo electrónico me dieron toda la información. Me ofrecí voluntaria y dependiendo de la zona en la que vivas pues te asignan un centro u otro. A mí este me pilla al lado de casa y me parece una muy buena oportunidad” explica con entusiasmo Mangy, que estudió Magisterio de Educación Especial y Psicopedagogía, aunque ahora no ejerza de ello. Trabaja en el mundo comercial, está afectada por un ERTE y se ha convertido en voluntaria por primera vez , curiosamente a través de esa red social.

Lleva pocos días en el economato pero muy intensos en historias y emociones. Al revivir todo lo que lleva experimentado las lágrimas brotan sobre la mascarilla. "Es muy gratificante, al final estas aportando tu granito de arena. Estamos en una etapa ahora mismo en la que se resalta mucho lo malo, sobre todo en los medios y en realidad, estando en estos sitios, te das cuenta de que hay mucha gente buena, que da todo sin nada a cambio, es emocionante y se me pone la piel de gallina de verlo y pensarlo”, remata ya con los ojos enrojecidos. Una experiencia que continuará dice después de la COVID, porque si Cáritas quiere “seguiré colaborando”.

“Las familias necesitarán ayuda a largo plazo”

El coronavirus ha obligado, también a muchos medios de comunicación, a volver a mirar hacia este 30 por ciento de la población española que ya vivía bajo el umbral de la pobreza antes de la pandemia, pero que ahora, no solo es que el porcentaje esté aumentando, sino que los responsables de Cáritas auguran que esta situación generada va a hacer que estas familias necesiten ayuda a largo plazo.

El Secretario General de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Hernando, explica que se preparan para sostener a las familias durante más tiempo porque creen que esta crisis económica coyuntural por la paralización de la economía va a quedarse durante más tiempo. "Los economatos surgieron en la salida de la anterior crisis de 2007-2008, pusimos en marcha este y otro , como alternativa a la entrega de alimentos, nos parecía un proceso de dignificación de una necesidad básica como es la alimentación. Estábamos valorando abrir algunos más en otros puntos de Madrid antes de llegar la crisis actual y seguimos evaluándolo”, detalla Hernando.

“No es solo el incremento de estos momentos, que ha surgido de la noche a la mañana y en una situación muy crítica y de emergencia. No es solo que se haya triplicado las peticiones de ayuda que nos llegan sobre todo de comida o que el 40 por ciento sea gente que nunca había acudido a nosotros. De vez en cuando hay que levantar la vista y mirar al futuro, y nos encontramos con un horizonte complejo. Un horizonte que va a necesitar la corresponsabilidad de todas las entidades, de toda la sociedad. Vemos que hay que hacer un esfuerzo de desarrollo de políticas sociales relacionadas con la vivienda y con el empleo de manera especial” reclama el veterano dirigente de Cáritas .

La ONG dispone en Madrid, además de dos economatos, de 15 comedores que han visto notablemente incrementada su actividad. Hernando asegura que con otras ayudas y colaboraciones como las de empresas privadas de catering de aviones están desarrollando otros proyectos como una cadena de reparto de 1200 menús en distintas zonas, incluida la Sierra. Son las voces de las otras de las secuelas del coronavirus, de las que padecen miles de familias con necesidades severas a las que la pandemia está hundiendo un poco más en el pozo de la pobreza.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00