El único superviviente de 104 pasajeros
Cuando hay un accidente de avión estamos acostumbrados a que no haya supervivientes. Pero hoy hace 10 años ocurrió algo que podríamos catalogar de milagro. Aunque también fue el principio de una vida muy dura para un niño de nueve años
El único superviviente de 104 pasajeros
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El 12 de mayo de 2010, un avión de la compañía Afriqiyah Airway se dirigía hacia Trípoli, procedente de Sudáfrica. A bordo iban 104 personas, la mayoría de ellos turistas holandeses, que hacían escala en la capital libia antes de dirigirse a Holanda. Pero justo cuando el avión se acercaba al perímetro del aeropuerto, y sin que el piloto reportara ningún problema a la torre de control, el aparato se estrelló. El avión resultó destruido por el impacto y por el fuego posterior.
Los equipos de rescate acudieron con pocas esperanzas a la zona del impacto, pero allí, en la arena desértica, se encontraron con Ruben van Assouw, un niño de nueve años, todavía sujetado a su asiento. Pese a que sufría quemaduras y tenía heridas y fracturas evidentes, estaba respirando. Ruben fue llevado corriendo al hospital, donde estuvo en el quirófano durante casi cinco horas, sobre todo por las múltiples fracturas que tenía en las piernas.
El niño iba a sobrevivir. Pero en un instante había perdido para siempre a su padre, su madre y su hermano de 11 años. Sus tíos, que fueron enseguida a Libia para estar a su lado, eran sus únicos familiares vivos. Y a ellos les tocó la terrible responsabilidad de informar a Ruben de la desaparición de su familia. La única nota positiva es que sus tíos lo adoptaron y Ruben ha conseguido vivir una vida normal, tratando de superar un día que fue tanto un milagro como una maldición para él.
