Una de las derrotas más duras de los Tercios de Flandes
Pocos son los países europeos que no han tenido su época de esplendor. España se podría decir que la tuvo entre los siglos XVI y XVII, cuando estuvo metida en casi todos los fregados que tuvieron lugar en el continente y los mares circundantes
Una derrota dolorosa para los Tercios de Flances
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Uno de los elementos más importantes de este dominio fue el de los Tercios de Flandes, unos soldados que recibieron este nombre porque fue justamente en estas tierras del norte de Europa donde más construyeron su leyenda.
El 19 de mayo de 1643 probablemente fue el peor día de la historia de los tercios. Europa llevaba desde 1618 inmersa en una de las peores guerras de su historia, la que después sería conocida como la Guerra de los Treinta Años. Para que os hagáis una idea, uno de cada cinco alemanes murió en esta guerra, que dejó mas de ocho millones de muertos. El conflicto tenía muchas subtramas, pero esencialmente era una lucha entre católicos y protestantes. Los monarcas españoles, de la dinastía de los Habsburgo, defendían a los católicos, mientras que los franceses defendían a los protestantes. No porque los monarcas franceses fueran menos católicos que sus vecinos del sur, sino porque no querían ver a los Habsburgo dominando también el territorio al este de Francia.
El rey Luis XIV llevaba cinco días en el trono de Francia, lo que hacía pensar que era el mejor momento para un ataque español… sobre todo porque Luis tenía sólo cinco añitos.
Y eso se hizo el 19 de mayo, con un ataque de los tercios contra las posiciones francesas en Rocroi. Pero la cosa no es que saliera mal: es que salió terriblemente mal. Pese a que los tercios resistieron en una batalla que se había girado en su contra, el bombardeo por parte de los franceses hizo imposible que tuvieran opciones de victoria. Al final, tuvieron que rendirse. No fue el final de la guerra, pero sí el inicio del declive del poderío español y de los tercios de Flandes.