Ramón Gómez de la Serna
Quizá el autor que mejor demostró que la puesta en escena era completamente vital para sacar el mejor partido al contenido de un texto. Rompedor de convencionalismos y de etiquetas y miedos al qué dirán. Este madrileño fue un genio en ingenio y merece que hoy nos detengamos en él
Ramón Gómez de la Serna
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Madrid
He de reconocer que después de escucharle en una arenga imitando el canto de un gallo, haciendo cosas que no se esperaría de un hombre vestido por los pies, he redescubierto a Ramón Gómez de la Serna. Este escritor que trabajó con profusión todos los géneros literarios, nació en Madrid en 1888 era un transgresor y un rebelde con causas. No una sino varias. El mundo que le tocó vivir, en plena efervescencia cultural y agitación política, en donde los volantazos del gobierno marcaban la forma de pensar de muchos, aunque no todos lo expresaran abiertamente, fue el caldo de cultivo de genios como Gómez de la Serna. Sus greguerías, sus obras de teatro, las novelas, las biografías, la puesta en escena que llevaba a cabo en ocasiones tan esperpéntica y surreal… todo lo que hacía este genio era distinto y al mismo tiempo manido.
El que busca halla
Y así fue porque su pareja de hecho no era otra que la inefable Carmen de Burgos a quien ya dedicamos una sección en estas historias de Madrid en el Hoy por Hoy Madrid. Él estuvo luego casado con Luisa Sofovich, a quien dedica un retrato triple con detalles masónicos, pero también se entendió con Carmen de Burgos a quien se señala como la primera mujer periodista de guerra. Si bien es cierto que podrían las fechas bailar año arriba año abajo, el solo hecho de pensar en ella como pionera ya nos está hablando de una mujer singular. Y Ramón Gómez de la Serna era su media naranja natural. Ambos vanguardistas, transgresores y con ganas de hacer cosas nuevas, cuanto más raras mejor, en un mundo en el que todo el que se saliera de la férrea línea que marcaba la moral y la normalidad de la época, era tildado casi de hereje.