Lamentable viraje que daña la credibilidad del Gobierno

Madrid

La sesión parlamentaria del jueves en la que el Gobierno salvó la quinta prórroga del estado de alarma volvió a dejar clara que la legislatura penderá de un hilo; la mayoría de la investidura se deshilacha. Ni con la imaginación más desatada se atisba una alternativa, la oposición sabe que no la puede construir y ha decidido jugar todas sus cartas a intentar destruir. El PP y Vox se juegan la corona del tremendismo. Era muy irritante oír a Casado acusar al Gobierno de la caída de la economía; es irritante oír a Abascal decir que la coalición Sánchez-Iglesias ha costado la vida a 30.000 personas. ¿Es que ninguno de los dos ha oído que hay una pandemia que esta azotando al mundo entero? ¿No tendrá el coronavirus algo que ver con el desplome de nuestra economía y con nuestros fallecidos?

Quiero añadir el viraje nocturno de última hora, lo de la reforma laboral, que me parece lamentable. Descoloca a empresarios, descoloca a sindicatos, descoloca a su propio Gobierno, descoloca a su partido y descoloca a sus seguidores. Aumenta la incertidumbre y hace un daño tremendo a su propia imagen. Buscar apoyos es necesario; buscar apoyos a cualquier precio, en cualquier parte y de cualquier manera no es hacer política. Hacer política es optar, y esta operación nocturna ha sido una verdadera desdicha. Ha oscurecido la sesión del miércoles y ha desplazado cualquier otro tema de la actualidad, incluso el de las críticas que merece la oposición que se dedica directamente al tremendismo. Y además hay riesgo de que esto vaya a la calle, está llegando ya a la calle en una polarización verdaderamente inquietante. ´

La sesión de ayer fue irritante, preocupante, y el viraje de última hora es lamentable y hace un daño tremendo a la credibilidad del Gobierno.