El día que se acabó lo que quedaba del Imperio Romano
No es de extrañar que la caída de Constantinopla fuese vista como el inicio de la decadencia del cristianismo o como un castigo divino
El final de lo que quedaba del Imperio Romano
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Aunque ahora ya no sea una fecha tan recordada, durante siglos el 29 de mayo de 1453 fue una de las fechas consideradas más negras por una parte de la humanidad. Pero al mismo tiempo era la fecha cumbre para otra parte de los humanos del planeta.
Porque ese 29 de mayo significó el fin del Imperio Romano de Oriente, el último reducto de un imperio que había nacido en el 27 antes de Cristo, se había dividido en dos en el año 395 y perdurado en su mitad oriental hasta ese fatídico día, cuando su capital, Constantinopla, fue capturada por los invasores otomanos.
Además, esta ciudad, que hoy conocemos como Estambul, es considerada la puerta de Europa, y como tal la trataron los invasores venidos de oriente. Desde ahí conquistaron Grecia y los Balcanes, poniendo asedio incluso a la ciudad de Viena. No es de extrañar que la caída de Constantinopla fuese vista como el inicio de la decadencia del cristianismo o como un castigo divino.
El último emperador del imperio conocido también como Bizancio se llamaba, de forma bastante adecuada, Constantino, igual que su predecesor que había fundado la ciudad. Murió durante la conquista de su capital, defendiendo las murallas de los invasores otomanos.