Lo inimaginable

Buenos Aires

Tantos lo piensan pero no lo dicen. ¿Y si la vida fuera esto? De ahora en más, quiero decir. Esto: levantarse, caminar hasta el estudio, encender la computadora, ir a la cocina, calentar la pava, poner alimento en el cuenco de las gatas, caminar hasta el baño, lavarse la cara y los dientes, vestirse, volver a la cocina, apagar la pava, preparar el mate, ir al estudio, abrir el mail, leer, responder, mirar cada tanto hacia el mundo exterior que es tan sólo eso que puede verse a través de la ventana. ¿Y si la vida fuera esto? De ahora en más, quiero decir. Esto: hacer gimnasia como un preso, cocinar, lavar los platos, hacer la compra una vez a la semana, salir a la calle una vez a la semana, hacer fila en la verdulería y en la carnicería y en la pescadería y en la tienda de quesos una vez a la semana, no conseguir tinta para la impresora que antes se conseguía fácilmente en un comercio al que no se puede llegar y sabrá dios si sigue abierto. ¿Y si la vida fuera esto? De ahora en más, quiero decir. Que ya nunca suene el timbre de la puerta de calle con algún envío inesperado –un libro, una revista, una postal-, que ya nunca vengan amigos a cenar a casa, que ya nunca vuelva a verse un comercio abierto sin que un tablón atraviese la entrada para impedir el paso de los clientes. ¿Y si la vida fuera esto? De ahora en más, quiero decir. Que el ruido de un avión cruzando el cielo en los países con las fronteras cerradas produzca un sobresalto de náufrago, que los gritos de amigos reunidos en una esquina sean motivo de denuncia, que los recitales en vivo y los abrazos y los besos sean actos de barbarie. ¿Y si la vida fuera esto? Yo, ¿qué haría? Los expertos se defienden con eufemismos fantásticos: dicen “estamos aprendiendo”. Pero eso es sinónimo de “no sabemos nada”. Yo sí sé algo. Sé lo que dijo el poeta chileno Claudio Bertoni que, como todo poeta portentoso, condensó, en este poema, lo inimaginable:

 y si después

de la muerte

hay una vida

infinitamente

más dolorosa

que ésta

 Tantos lo piensan pero no lo dicen.