¿Las personas LGTB vuelven al armario en la oficina?
"Siete de cada diez personas LGTB vuelven al armario en cuanto pisan la oficina. Allí no hablan de su condición ni de sus circunstancias afectivas. Y no lo hacen para preservar legítimamente su intimidad sino por miedo", la polémica del día de Isaías Lafuente
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Madrid
Solo hay que recordar que la homosexualidad dejó de ser delito en España hace poco más de 40 años, que dejó de ser considerada enfermedad por la OMS hace treinta, que los transexuales abandonaron esa negra lista de la OMS hace dos o que los primeros homosexuales en contraer matrimonio tardarán aún una década para celebrar sus bodas de plata… para darnos cuenta de cuánto hemos avanzado en las últimas décadas. Pero la homofobia latente se mantiene y se manifiesta en puntuales agresiones, en insultos homófobos, en la dificultad de expresar esa condición en algunos ámbitos profesionales o en la persistencia de estereotipos que ofenden o caricaturizan a los miembros de este colectivo.
Ahora conocemos además una investigación del Proyecto ADIM, coordinada por los gobiernos de España y Portugal y la Universidad Complutense, que constata que siete de cada diez personas LGTB vuelven al armario en cuanto pisan la oficina. Allí no hablan de su condición ni de sus circunstancias afectivas. Y no lo hacen para preservar legítimamente su intimidad sino por miedo: para evitar chistes, burlas o insultos de sus compañeros o para no ver entorpecida su progresión profesional. Es una contundente señal de alarma en un país que puede presumir con orgullo de lo que ha avanzado, pero sin olvidar estas sombras que suelen quedar a la espalda cuando las luces nos deslumbran.