Juego sucio

Madrid

Apuramos las últimas horas del estado de alarma. El domingo habrá plena libertad de movimiento y las comunidades autónomas irán gestionando la nueva normalidad. Si hace más de tres meses les despertaba diciéndoles que si solo les pudiera decir una cosa les diría que se quedaran en casa, hoy les diría que salgan, pero con el mismo respeto al virus que teníamos cuando nos encerramos. Si no lo hacemos bien, lo que hemos pasado hasta ahora habrá servido de bien poco.

Es cierto que estamos más preparados, que ya sabemos de lo que estamos hablando, pero el virus no se ha ido, no se ha erradicado, tendremos que convivir con él y si lo hacemos bien, esta normalidad que estrenaremos el domingo podrá parecerse cada vez más a la que teníamos antes.

Y es muy importante esto porque tenemos que estar fuertes para el otro gran reto: superar la crisis económica que ha dejado la epidemia. Hoy en Europa los 27 se juegan las ayudas para esta recuperación. Se va a empezar a hablar de como va a ser el reparto de los fondos y las condiciones para este reparto.

El Gobierno español va a llegar a esa reunión con la oposición alineada con aquellos que exigen severas condiciones para el reparto del dinero. Consciente de que algunas de estas condiciones pueden chocar frontalmente con algunas de las políticas del Gobierno de coalición, sobre todo las impulsadas por el sector de Unidas Podemos, Pablo Casado intenta, ahora también, el desgaste del ejecutivo, desde fuera. Saca el enfrentamiento del ámbito doméstico y lo traslada a Europa, en un ejercicio de deslealtad insólito cuando un gobierno acude a negociar a Europa.

Casado se pone del lado de los países europeos que exigen una condicionalidad estricta a cambio del dinero, pero no solo eso, cuestiona también el nombramiento de Nadia Calviño al frente del Eurogrupo o abre el debate de la vulneración de derechos democráticos durante el estado de alarma.

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Así pues, Pedro Sánchez llega a una cumbre decisiva para la recuperación de la economía no solo sin el apoyo de la oposición, sino que con la oposición jugando sucio para que el gobierno tropiece.