Los puertos de las pateras: la frontera sanitaria más segura de España
Test, cuarentenas estrictas y seguimiento continuo mantienen a la población que llega en las pateras como la más controlada de todas las que entran a España
El Cabildo de Fuerteventura muestra su preocupación por la proliferación de bulos xenófobos que culpan a estos migrantes de los rebrotes
Los datos desmienten todos esos bulos: menos del 10 por ciento de las 379 personas que han llegado a Fuerteventura durante el estado de alarma han dado positivo
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Fuerteventura
La apertura de fronteras y la llegada de nuevo de turistas y visitantes a nuestro país ha copado mucha atención informativa durante las últimas semanas. Hay Intereses económicos, hay escasos controles sanitarios en los aeropuertos, pero lo cierto es que la mayoría de los nuevos contagios, de los nuevos rebrotes que se están dando se han registrado entre los que ya estábamos aquí antes del fin del estado de alarma. Pero, ¿cuál consideran que es la frontera sanitaria más segura de España
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No imaginen ningún aeropuerto o estación de tren, el mejor control sanitario a los que están entrando en España se está dando en los puertos en los que desembarcan las personas rescatadas en pateras.
En Puerto del Rosario, en Fuerteventura, donde empieza todo el protocolo sanitario del Coronavirus a los recién llegados en pateras, no han dejado de llegar esas embarcaciones a Canarias durante el estado de alarma.
"Me hicieron el test nada más llegar, hicimos la cuarentena y en nuestro grupo había 0 casos"
Desde esa isla comenzamos a recibir noticias de positivos entre un grupo reducido de los llegados en las dos últimas semanas. Lo sabemos porque a cada uno de ellos se les hacen los test, algo que no sucede sin embargo con los que empiezan a llegar en avión a esa isla de paradisíacas playas.
El coronavirus no ha podido con el racismo latente que sigue en auge en España, y ese clima ha generado también bulos sobre las personas que llegan en pateras. Sin embargo, la frontera sanitaria más segura de España son estos puertos de las pateras
“Me hicieron el test nada más llegar, a mí y a todos los que veníamos en mi patera, también hicimos la cuarentena y en nuestro grupo había cero casos, es muy bueno que lo hagan porque es una enfermedad muy peligrosa, que infecta a todo el mundo, y que tiene que estar controlada”, dice Sekou Kamara, un joven de 18 años, de Guinea Conakry, que desembarcó en este puerto de Fuerteventura, que pasó varios test y la cuarentena y que quiere quedarse a buscarse la vida en España.
Este joven que cruzó África hacia Libia, Argelia, Marruecos y finalmente Canarias, a donde llegó hace un mes, sueña con ganarse la vida en el mundo del circo. Asegura que es capaz de todo tipo de acrobacias, que le encantaría formarse, trabajar y poner en práctica todos los números circenses que lleva años aprendiendo en su país.
Moussa, de 25 años es senegalés, cuenta que no han tenido "ningún problema con el coronavirus". "Éramos 59, entre ellos 15 mujeres, un niño pequeño y el resto hombres”, explica este joven que llegó el 3 de junio y que también deja claro, desde la primera respuesta, que de su grupo nadie dio positivo, porque de ellos son muy pocos los que lo han dado.
De los más de 1.569 llegados 39 en pateras a las islas desde el inicio del estado de alarma (el año pasado fueron 2.698) solo una treintena ha dado positivo y desde el primer momento controlados y aislados por la sanidad canaria.
Aumento de bulos racistas y criminalizadores
En medio de muchos recién llegados encontramos a Abdelaziz. Lleva dos años en la isla, es solicitante de asilo y en este tiempo ha estudiado un Master en turismo que le ha permitido estar en prácticas como segundo de una recepción de un hotel destacado de la isla. Señala que los bulos racistas y criminalizadores se han disparado en la isla. Dice que están empezando a padecer el temor que están creando los xenófobos. "Escuché un audio que circula por WhatsApp de que los 31 que estaban aquí ya escaparon", indica.
Con el coronavirus y el cierre de las instalaciones hoteleras se ha quedado sin trabajo y sin sitio a donde ir, ha acudido a las instalaciones de esta iglesia donde hace las labores de traductor. Asegura estar muy preocupado por los bulos por eso reclama "cordura". "El coronavirus no es una enfermedad cualquiera, es una pandemia", declara.
Abdelaziz está la espera de viajar a Barcelona a trabajar allí, pero de momento le han suspendido el vuelo que tenía programado.
Todos están preocupados porque con el estado de alarma y las medidas del coronavirus que dificultan aun más la movilidad temen que las autotirdades españolas tarden mucho tiempo en permitirles pasar a la península. La mayoría dice que quiere seguir camino a Francia, como los senegaleses, malienses, marfileños o guineanos, mientras que los gambianos quieren ir al Reino Unido.
Decenas de migrantes hacinados en las instalaciones de una iglesia protestante
A todos los encontramos hacinados en las instalaciones de una iglesia protestante con más de 3000 metros cuadrados, la Misión Cristina Moderna, situada en un polígono industrial a las afueras de la capital del a isla, Puerto del Rosario, donde algunos llevan meses esperando a que el Ministerio del Interior autorice su traslado a la península. Aquí hay ahora casi 210 migrantes que han seguido un estricto protocolo sanitario desde que pisaron tierra firme tras ser rescatados por Salvamento Marítimo .
El Pastor Angel Manuel Hernández explica que en la acogida que dan a los 210 inmigrantes que tienen ahora en sus instalaciones también incluyen seguimiento médico, incluidas mujeres y niños pequeños, además de alimentación y techo. Dice que la población de la isla ha demostrado su solidaridad pero que hay un pequeño grupo que está creando mensajes de rechazo. Lamenta la falta de ayuda de las administraciones.
Dice que se han convertido en prácticamente la única entidad de acogida por lo que reclama una reacción a las distintas administraciones.
Los datos desmienten los bulos xenófobos
Test, cuarentenas estrictas y seguimiento continuo mantienen a la población que llega en las pateras como la más controlada de todas las que entran a España y sin embargo, resulta increíble que quieran echarles la culpa de la proliferación de casos de la COVID. Las autoridades de la isla, el Cabildo de Fuerteventura han trasladado esa preocupación por la proliferación de esos bulos xenófobos que culpan a estos migrantes de los rebrotes.
Los datos desmienten todos esos bulos: ahora mismo hay 59 migrantes pasando la cuarentena en una nave industrial, entre ellos los 36 casos que han dado positivo. Menos del 10 por ciento de las 379 personas que han llegado a Fuerteventura durante el estado de alarma.
Preocupación en el Cabildo de Fuerteventura con los falsos mensajes
Andres Briansó, vicepresidente segundo del Cabildo de Fuerteventura, nos explica como es el lugar donde pasan la cuarentena: "Se ha habilitado exclusivamente para migrantes contagiados y así evitamos que las nuevas llegadas sufran nuevos contagios"
A pesar de estar custodiado desde el momento en el que pisan el puerto, y de estar encerrados pasando la cuarentena en esta nave, conocida como la Nave del Queso, por un antiguo proyecto del Cabildo, hay sectores que están activando todo tipo de mensajes de rechazo usando incluso bulos. "A las personas que más pruebas se les hace, se les ha culpabilizado", añade.
Al Cabildo de Fuerteventura le preocupa esa propagación de falsos mensajes o de cadenas de whatshap que dan a entender falsas fugas de estas personas o mentiras como que la isla podría retroceder de fase en esta nueva normalidad por este pequeño grupo de migrantes que han dado positivo. Por eso, el Cabildo pide no contribuir a alimentar el odio y propagar ese otro virus también tan peligroso , el racismo.
Las organizaciones sociales muestran también su preocupación, pero no dejan de ser reivindicativos. Un mensaje que siempre ha defendido María Greco, técnica del servicio de atención y asesoramiento par migrantes de la asociación Entremares, durante casi 20 años y que lamenta la falta de iniciativa de las autoridades. "El extranjero para nosotros es el inmigrante, no es el inglés o el alemán. Que no se hayan tomado las medidas oportunas es una falta de responsabilidad. En el fondo creo que es desinterés", relata María.
María reclama a todas las administraciones una reacción urgente para crear mecanismos de asociada dignos, garantizar el acceso a los derechos de estas personas y más transparencia a la hora de informar para desactivar todo tipo de bulos, que dice, son ahora más preocupantes que nunca, por el efecto que generan en las redes sociales.