El padre del andalucismo

Blas Infante es recordado como el padre del andalucismo, pero, como él mismo decía, su verdadera vocación era la búsqueda de la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos en general.

Le había tocado por azar nacer en Andalucía, y por ello su lucha se había teñido de verdiblanco.

El hecho de haber destacado como nacionalista andaluz y como defensor de un reparto más equitativo de la riqueza nacional le supuso a Blas Infante ponerse una doble diana cuando unos militares decidieron sublevarse para asegurarse que España siguiese firmemente clavada en la injusticia y la superstición.

Para su desgracia, además, el 5 de julio de 1936 Infante había sido proclamado presidente de honor de una futura Junta de Andalucía que debía tomar forma dentro de la República Española.

Unos hombres que no entendían mucho de honor lo arrancaron de su casa de Coria del Río, en la provincia de Sevilla, el día 2 de agosto de ese mismo año. Una partida de falangistas lo fue a buscar a su domicilio y lo mataron nueve días más tarde, sin ni siquiera simular ningún tipo de juicio, en la carretera que va de Sevilla a Carmona.

Pese a que habían matado al hombre, no acabaron con la causa. Casi 50 años después de su muerte, Andalucía consiguió ser reconocida como nacionalidad histórica, y tanto el himno como la bandera que simbolizan desde entonces esta región son obra de Blas Infante.