¿Por qué España es líder europeo de contagios a pesar de las duras restricciones?

Madrid

Esta semana conocíamos la noticia de que España volvía a situarse a la cabeza con la tasa de contagios por coronavirus más alta de toda Europa. Con esta noticia, la gran pregunta que regresaba a los medios, ciudadanos y mesas de debate era: ¿Por qué España es líder europeo de contagios si contamos con las restricciones más férreas? Salvador Macip, genetista, investigador y autor del libro 'Las grandes epidemias modernas', intenta dar respuesta a esta pregunta desde Leicester, Reino Unido, la primera ciudad inglesa reconfinada tras unos rebrotes en una industria textil. 

Según el investigador, "todos somos un poco culpables de esta situación", no se trata únicamente de jóvenes despreocupados por la COVID-19, aunque muchos de ellos tengan una falsa seguridad que hace que actúen como transmisores. En el caso de España se ha creado la "tormenta perfecta": al comportamiento incívico de una parte minoritaria de la población, se ha unido una salida del confinamiento rápida y sin tener las herramientas necesarias, como la falta de rastreadores. 

Salvador explica: "Aunque España fue uno de los países que mejor planteó el confinamiento, se ha corrido mucho hacia el desconfinamiento para intentar salvar la temporada del verano". Tras el duro confinamiento, empezamos la 'nueva normalidad', "una etiqueta algo confusa que ha contribuido a dar la falsa sensación de que estábamos en una etapa donde podíamos hacer vida normal", comenta. 

Además, en esa 'tormenta perfecta' también influye el efecto rebote del severo confinamiento que hubo en España: "mucha gente se lanzó a la calle para recuperar el tiempo perdido". A su vez, se une una mala comunicación por parte del Gobierno, que no insistieron en enviar a la población un mensaje de precaución. 

Durante la pandemia se da la paradoja de que cuantos más test se hacen, aparecen más casos positivos y mayores problemas tiene el país en cuestión, pues queda "peor" en las listas internacionales. "Una solución sería obligar o pedir que todos los países del mundo hicieran un mínimo de test porque la única manera de contener los rebrotes es saber cuándo aparecen y dónde", explica Salvador. 

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Desde el inicio, "vamos tarde en todo, nos supera la situación". Un buen ejemplo de ello son las apps de rastreo, que se están empezando a utilizar ahora, cuando estamos en medio de otro pico de contagios. Del mismo modo, la vuelta al cole no se ha tratado con la importancia y magnitud del problema: "Todavía no sabemos hasta qué punto los niños van a actuar como transmisores, por lo que lo más lógico sería prepararse para lo peor", opina el investigador. Para evitar al máximo los rebrotes habría que reducir el número de alumnos por clase y buscar espacios más amplios. 

En los últimos rebrotes se ve que la mascarilla "se lleva bien a ratos", sostiene el investigador sobre los contagios que se dan en entornos familiares y lugares cerrados, donde las mascarillas, por lo general, no se utilizan.