África, libre de polio: así se ha erradicado la enfermedad
"Si aflojamos, la polio reaparecerá", explica el doctor Ángel Hernández Merino, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la AEP. Solo queda una región en el mundo en la que el virus de la polio salvaje sigue presente gracias a los esfuerzos de vacunación que han logrado erradicar la enfermedad en África, pero los expertos insisten en que no se debe bajar la guardia
Punto de Fuga: 'África vence a la polio salvaje' (05/09/20)
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Haciendo frente al terrorismo de Boko Haram y también a las noticias falsas sobre los peligros de la vacunación para los niños, los sanitarios han logrado erradicar el virus de la polio salvaje de Nigeria y, con ello, de toda África.
La enfermedad, transmitida por vía oral, causa parálisis irreversibles y en muchos casos, la muerte. Tiene una mayor incidencia en los niños, la mayoría infectados en sus primeros meses de vida.
La campaña contra la polio, que comenzó en los años ochenta impulsada por Nelson Mandela, ha llegado a su fin en el continente africano “gracias a la determinación de la población y los gobiernos de África”, además de a la solidaridad internacional que ha contribuido al refuerzo de los sistemas de salud vitales ahora para combatir el coronavirus, celebraba Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud.
Tedros destacó además en su anuncio el importante papel de la cooperación española en este logro, tanto por su aportación económica como por la asistencia técnica que ha proporcionado.
El doctor Ángel Hernández Merino, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, cuenta que detrás de esta gran noticia se esconden tres grandes retos: El primero es que, pese a la erradicación de la polio salvaje, siguen existiendo restos de polio residuales derivados de la vacunación con virus vivos, presente aún en 16 países de África.
Además, la polio salvaje sigue presente en Pakistán y Afganistán. Su erradicación allí sería un paso fundamental porque permitiría que se puedan eliminar las vacunas orales. “En este momento los niveles de vacunación se encuentran alrededor del 95% en la mayoría de los países”, explica Merino. Para evitar la reaparición del virus, insiste, hay que mantener esos niveles, “si aflojamos y esos niveles bajan, reaparecerá con toda seguridad”.
También existe un riesgo de que la COVID-19 relegue a un segundo plano la lucha contra otras enfermedades. De hecho, “durante los primeros meses del año muchas campañas de vacunación se suspendieron empujados por la necesidad de destinar todos los recursos al control de la pandemia de coronavirus”, lamenta el pediatra.
La respuesta económica es clave, asegura Merino. Se calcula que se necesitan varios miles de millones de euros cada año, para mantener el nivel de respuesta actual al virus.
