La vida en Usera, el barrio obrero de Madrid que lidera los contagios en Europa

Madrid

Juan José Millás está de vuelta con sus reflexiones y sus reportajes. Esta semana, Juanjo recorre junto a Javier del Pino el barrio madrileño donde este último nació y creció, Usera. Hoy, este distrito del sur de Madrid que crece al oeste desde la orilla del río Manzanares es uno de los epicentros de la pandemia en España y Europa. En el mapa epidemiológico de la Comunidad de Madrid, Usera resalta coloreado de un tono casi magenta que ilustra la incidencia acumulada del virus en las últimas dos semanas: 981 casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes, según el último informe fechado el martes 1 de septiembre.

Allí, en los aledaños de la Plaza Elíptica que mira al cinturón obrero del sur de la Comunidad, Juanjo se encuentra con el Colegio San Viator y la casa de los padres de Javier, donde charlan con su madre desde la ventana sobre la historia y la vida en el barrio. Unos bloques más allá vive el historiador y guionista Javier Olivares, creador de ‘El Ministerio del Tiempo’, quien se une al paseo y explica su vuelta a casa, su retorno al barrio tras haberlo cambiado temporalmente por zonas más céntricas de la ciudad. La conversación con él gira sobre la sociología de la calle y el comportamiento de sus habitantes. Javier explica que el uso de mascarillas no es menor en Usera que en otras zonas de Madrid o España. Además, nos cuenta la reacción e implicación de la comunidad china al comienzo de la pandemia, cuando ellos eran más conscientes de las noticias que llegaban de su tierra.

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Las causas de los rebrotes, por tanto, debe estar en otra parte y no solo en el comportamiento de la ciudadanía. Hay muchas razones que explican la situación actual en los barrios más desfavorecidos de la ciudad de Madrid, como los vecinos Puente de Vallecas o Carabanchel. Para entender mejor lo ocurrido, Juanjo y Javier charlan con la arquitecta Isabel Camacho, que señala la importancia del hacinamiento, la disposición arquitectónica y el diseño urbano de un distrito que aún es heredero de esas colonias de casas baratas construidas hace un siglo.  Juan Manuel Ureña, Presidente de la Asociación Vecinal Barrio Moscardó, resume su sentimiento en una frase: “nos sentimos abandonados”.