¿Sabe alguien qué nos está pasando?

Madrid

Convendrán conmigo en que esto es muy fuerte. Que España sea el país en el que más se está propagando la pandemia de coronavirus y que estemos aceptando apaciblemente nebulosas explicaciones de sociología elemental sin la menor autocrítica por parte de las autoridades nacionales o autonómicas y sin  que se haya movilizado toda nuestra capacidad como estado para escrutar la verdad de nuestras estructuras sanitarias. 

Somos mayorcitos y no buscamos ni chivos expiatorios ni respuestas simples. Sabemos que las razones han de ser muchas y combinadas; claro está que ha de influir nuestra movilidad, nuestra efusividad, la precariedad de muchas de nuestras estructuras sociales, el verano, el atolondramiento juvenil... pero no somos el único país móvil, ni el único país efusivo, ni el único con precariedades sociales, y ha sido verano en otras partes, donde también hay jóvenes atolondrados. 

Necesitamos que las autoridades se enfrenten con sinceridad y sin paños calientes a la verdad de nuestras carencias, de nuestras deficiencias organizativas, de nuestros medios materiales y humanos, de los sistemas de coordinación... que nos cuenten qué está pasando y qué están haciendo. 

Necesitamos saber si ese comité de expertos independientes para estudiar qué hicimos o qué hacemos mal, para hacer inventario de problemas y carencias, comité que algunas eminencias propusieron y que Sánchez consideró una gran idea, si está en marcha, si está en el congelador o si se lo ha llevado el viento. Y que nos cuenten de paso qué extraña bula protege a la Comunidad de Madrid, epicentro del drama, para poder hacer de su capa un sayo, ocultar los datos y permitirse la insolencia de alzarse contra quien le pide explicaciones.

En el día en el que los niños empiezan a volver al cole, y con tantos profesores que han dado positivo por COVID la semana pasada, la preocupación ciudadana se acentúa y con ella se acentúan también sus exigencias. Tenemos derecho a saber si se está haciendo algo conjunta y coordinadamente y saber qué nos pasa y por qué nos pasa. Tenemos ya seis meses de experiencia; son exigibles respuestas más contundentes que un picoteo de sociología de bolsillo.