La ciudad con más estatuas por habitante de España

Madrid

¿Cuántos nombres de escultores conserva nuestra memoria? ¿Tres… cuatro…? Para la mayoría es probable que no muchos más, aunque nuestras plazas y calles alberguen decenas de estatuas, de personajes, vecinos de los que a menudo tampoco sabemos apenas… En el origen de las artes plásticas está el deseo de inmortalidad; convertir la imagen de nuestra carne en mineral, metal y pintura es transformarnos para durar, pero el cine popular solo ha elevado a sus pantallas al florentino Miguel Ángel, al francés Rodin, al suizo Giacometti y, más que a nadie, a la francesa Camille Claudel.

Nuestro paseo arranca en una calle en la ciudad con más estatuas por habitante de España, ante un Woody Allen de bronce que recuerda el neoyorkino en sus memorias. Los 83 años de su autor, Vicente Menéndez-Santarúa, y sus estatuas en todos los materiales y sobre temas muy variados a lo largo del país, le dan una visión histórica excepcional sobre este aspecto de la memoria histórica. Le saludamos en su casa asturiana, donde se recupera de una cirugía reciente, y hablamos con su heredero artístico, su hijo Samuel.

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El presentismo histórico juzga a los hombres del pasado con criterios actuales. Las estatuas son una parte muy visible de este movimiento, que baja de sus pedestales a personajes como Colón o al creador del Museo Británico, Hans Sloane, un científico y médico que se casó con una rica hacendada jamaicana que tenía negocios en la trata de esclavos. Hay esculturas extrañas, divertidas, horrorosas... hasta las hay vivas desde el Renacimiento, cuando comenzaron los tableaux vivants, y hoy Holanda celebra todos los años un Festival Mundial de las Estatuas. Isabel Bolaños nos lleva a seguir la transformación de persona en estatua de un artista callejero madrileño, que también ha de adaptarse a la pandemia.

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