El arte de saber escaparse
Walter Raleigh se libró en dos ocasiones de pasar por manos del verdugo. Hasta que hizo algo que no gustó nada al monarca Jaime I de Inglaterra y VI de Escocia, que tomó cartas en el asunto
La facilidad de Walter Raleigh para escaparse
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Cuando eres la persona más poderosa de un país supongo que es normal que pierdas un poco la cabeza. También es bastante frecuente que hagas que la pierdan los de tu alrededor. En la corte inglesa de los Tudor, por ejemplo, era fácil pasar de ser favorito a encontrarte con la cabeza apoyada en un soporte de madera, lista para el verdugo.
Walter Raleigh, nuestro protagonista de hoy, pasó de ser el favorito de Isabel I de Inglaterra a estar encerrado en la Torre de Londres esperando sentencia. ¿Y por qué motivo? Por haberse casado. Pero Walter consiguió salir de esa y ver como en 1603 se producía un cambio de dinastía. El primer Estuardo, Jaime I de Inglaterra y VI de Escocia, no creáis que acogió a Walter con los brazos abiertos. Jaime se consideraba un monarca pacífico, y no veía con buenos ojos las incursiones de Walter en territorio español. Tanto es así que en el primer año de su reinado ya tenía al famoso aventurero en la Torre de Londres, esperando el día de su ejecución. Pero también esta vez se salvó, con la promesa de dejar en paz a los españoles. Pero la cabra tira al monte y el explorador hacia El Dorado, que es el destino mítico que Walter esperaba conquistar para la corona inglesa. Su incursión en lo que ahora es Venezuela tuvo un encontronazo con las fuerzas españolas, y Jaime recibió a Walter en Londres con la recuperación de esa condena de muerte que le había quedado en suspenso. Esta vez, la suerte no le acompañó. A la tercera fue la vencida y el 29 de octubre de 1618, Sir Walter Raleigh tuvo su cita con el verdugo.